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La pequeña y gorda que la acompañaba era sin duda María-Manuela. Corrió á su encuentro, pero ellas, al verle, se separaron vivamente y, cada cual por su lado, se introdujeron en la muchedumbre, desapareciendo al instante de sus ojos. Por más que hizo no le fué posible dar con ellas. Mareado de tanta vuelta, rendido y triste, se determinó al cabo á salir del baile.

Y a propósito, ¿dónde están mis pistolas? En aquel momento se separaron las ramas y apareció Marcos Divès, con el espadón colgando de su mano, gritando: ¡Bah, señora Catalina! ¡Estas que son emociones! ¡Con mil demonios! ¡Y qué suerte la de haber estado yo aquí! Porque esos miserables iban a desvalijarles de pies a cabeza.

El príncipe y la duquesa se separaron un poco en el banco y permanecieron en silencio: él mirando al suelo, preocupado y cejijunto; ella con los ojos en la raya del horizonte, siguiendo la lenta marcha de las goletas, que habían combado sus alas bajo la brisa precursora del crepúsculo. La tenacidad con que Miguel ponía su vista en el suelo hizo que Alicia se equivocase.

Gracias, Tristán, gracias repuso don Germán a su vez conmovido y apretándole la mano fuertemente . Ya somos hermanos, y puesto que el parentesco ha borrado la diferencia de edad llamémonos de en adelante. Como quieras dijo Tristán devolviéndole con creces su apretón . No olvidaré jamás tu generoso proceder y que te debo la felicidad. Se separaron.

Por muerte de Abdulaziz se dividieron los árabes de España, y se separaron de la obediencia del califa Vlith, á quien la habian prestado durante largo tiempo despues de la conquista.

En el mismo instante el ruido del carruaje los puso en alarma, y después de un apretón de mano, se separaron apresuradamente, marchando la señorita en dirección al castillo y el señor de Bevallan por la parte de los bosques; habiendo entrado en mi habitación y estando aún preocupado con este encuentro, me preguntaba con cólera si dejaría al señor de Bevallan proseguir libremente sus amores por partida doble, y buscar al mismo tiempo y en la misma casa, una novia y una querida.

Se encontraron mal y después de algunas palabras insignificantes, necesarias para atenuar la amargura de sus réplicas, se separaron muy descontentos y á mil leguas de una inteligencia. Roussel se fué á pie para calmar la efervescencia de su sangre y dando al diablo á su tío Guichard y á sus fantasías testamentarias.

Las ballenas, que carecen de la vida fija de esos anfibios, van, sin embargo, de dos en dos en sus errantes paseos á través del Océano. Duhamel y Lacépède dicen que, en 1723, dos de estas ballenas que estaban heridas no se separaron nunca, y cuando estuvo muerta la una, la otra se abalanzó sobre su cuerpo lanzando horrorosos mugidos.

Frígilis, sereno, por dignidad, pero temiendo una casualidad, la de que Mesía tuviera valor para disparar y, por casualidad también, herir a Víctor, Frígilis apretó la mano a Quintanar al dejarle en su puesto de honor. Y se separaron testigos y médicos a buena distancia, porque todos temían una bala perdida. Don Álvaro pensó en Dios sin querer.

El duque y la duquesa se separaron por un movimiento pronto y simultáneo, porque en España, en donde el lenguaje es libre por demás, delante de los niños y los jóvenes hay una extremada reserva en las acciones. ¿Llora mamá?, ¿llora mamá? gritó el niño, poniéndose colorado y llenándosele los ojos de lágrimas . ¿La habéis reñido, papá Carlos? No, hijo mío respondió la duquesa . Lloro de alegría.