United States or Iraq ? Vote for the TOP Country of the Week !


Llevan su ridiculez hasta el extremo de cantar ellos mismos, con sus roncas y estridentes voces, y la policía les permite que se reúnan en ciertos anfiteatros para destrozar algunas arias. ¡Buen provecho les haga! En cuanto a , jamás me detengo a escuchar una ópera; me contento con mirarla; voy a ver la parte plástica, que es la única que me divierte, y me marcho después.

No ponemos límites á ese bien, como no damos patria al ambiente, á la tierra, al calórico, á los celajes. Un patriotismo exagerado, es al mismo tiempo una ridiculez, una supersticion y una imbecilidad.

No existe nada que se resigne a morir, y el error es quizás lo que con más bravura se defiende de la muerte. Cuando el error se ve amenazado de esa ridiculez a que el lenguaje corriente da el nombre de plancha, hace desesperados esfuerzos, azuzado por el amor propio, para prolongar su existencia.

»No comprendo ya más que una cosa. No puedo sufrir mi amor inextinguible. No puedo sufrir la ridiculez que en noto. Hasta la poesía de un gran dolor no es dable en , porque me río yo mismo de mi dolor y le hallo cómico. »No me queda más recurso, si no muero buenamente, que buscar modo de morir cuanto antes. »Perdona este largo desahogo. Perdona esta prolija carta. Será la última. Adiós

Al contrario, ya que no para las personas piadosas y timoratas, para gente vulgar y profana es pecado más feo. No se ofenda usted si me atrevo a declararlo, con harto dolor lo declaro: la ridiculez le acompaña. Casi todo el valor de que se había armado don Paco a fin de hablar a su hija y de quejarse de su conducta, cayó derribado a los pies de la señora de Roldan.

Cuando un criado, lo mismo que un magnate, se empeña en ser ridículo, sobre su opinion pesa su ridiculez, así como sobre la opinion del payaso cae la confusion burlesca de los colores que entran en su vestido. Suyo es su dinero, suya su opinion, suya su responsabilidad; á quien toca la empresa, toca el peligro, y hasta aquí nada tengo que reparar ni que oponer.

Ahora todo el mundo se mete afirmó Lola. ¡Ay... yo no! Qué ridiculez, ¿eh, Sobrado? Yo no entiendo de eso. ¿No tiene usted opiniones, polla? No... es decir, no me gustan los alborotos; ¡cuando hay trifulca el teatro está tan soso!... Ni queda humor para vestirse y salir. Vamos, usted debe tener sus preferencias.... ¿Será usted carlista? ¡Ay, no!... ¡La Inquisición me da un miedo!... dijo riendo.

Yo procuraré hacerme cargo de las cosas y prevenir los acontecimientos, pues desde lejos, lo mismo que desde cerca, soy de usted en cuerpo y alma. »Amaury.» »P. S. Tenga mucho cuidado con Felipe. Le conozco bien y que es muy capaz de enamorarse de usted. »Es un ente ridículo; pero su propia ridiculez puede comprometerla.

Cada cual se gasta el dinero como quiere, se dirá por algunos moralistas á la violeta. Yo contesto que cuando cualquiera gasta su dinero de una manera loca, tiene que avenirse á sufrir la nota de locura, como cuando lo gasta en vestirse de un modo ridículo, tiene que sufrir que se burlen de su ridiculez.

Aquello le parecía un sueño. ¿Su viaje á Madrid había sido cosa real ó visión percibida en aquel calabozo? Los pensamientos que en desorden y confusamente se agolparon en la mente del joven, no son para referidos. El primer sentimiento que en él se manifestó, fué una gran compasión de si mismo, que emanaba de la ridiculez con que los hechos anteriores le presentaban á sus propios ojos.