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Todas las mañanas, al despertar, sufría un rudo choque en sus gustos. Lo primero que contemplaba era una habitación «sin personalidad», una vivienda que nada tenía de él, arreglada por las sirvientas con limpieza prolija y falta de lógica, que cambiaba incesantemente el emplazamiento de las cosas.

Y como dicho teatro ha de estar en algún punto y no le hemos de fundar en Ovejo, en Churriana ó en la Madroñera, lo natural y razonable será fundarle en Madrid, sin hacer caso de la ruin y disparatada envidia del regionalismo. Aquí se me ocurre algo que me atrevo á llamar antinomia y que no puede menos de motivar una digresión inevitable aunque prolija. Ojalá que no sea cansada.

Finalmente, él se recostó pensativo y pesaroso, así de la falta que Sancho le hacía como de la inreparable desgracia de sus medias, a quien tomara los puntos, aunque fuera con seda de otra color, que es una de las mayores señales de miseria que un hidalgo puede dar en el discurso de su prolija estrecheza.

Será para ti, válgame como ejemplo, lo que para Don Pedro Niño, valeroso y galante Conde de Buelna, fue Gutierre Díez de Games, su alférez. A este punto de su algo prolija disertación llegó el Padre Ambrosio, cuando empezó a manar por la piquera del alambique, el líquido destilado.

A pesar de estas trabas, aceptó el P. Quiroga este encargo, y despues de haber determinado con una prolija exactitud la posicion geográfica de los treinta pueblos de Misiones, y la de las ciudades de la Asumpcion, Corrientes, Santa , Colonia, Montevideo y Buenos Aires, redactó su mapa con los datos que le suministraron las relaciones editas é ineditas de los misioneros, cuando no le fué posible adquirirlos personalmente.

Nunca Liette, bastante discreta, es cierto, ni su madre, bastante prolija sin embargo, le habían hablado de un pariente de ese nombre; creía su familia extinguida. Guardando para él sus reflexiones, el conde escuchaba con creciente irritación aquel molesto elogio del que la joven miss no le dispensaba.

Los trabajos que se pasan en tan prolija navegacion por tantos rios, y en clima tan ardiente, bien se echa de ver que serán muchos y grandes; pero el mayor suele ser la continua guerra de los mosquitos que no cesan de molestar á todas horas. Situacion de Mattogroso.

Los del teatro de la Cruz llevaban el nombre de polacos, de su caudillo el P. Polaco, fraile descalzo, que pasaba entre los mosqueteros por muy inteligente en estas materias; los del Príncipe se apellidaban chorizos, y los de los Caños del Peral panduros, calificativos cuyo origen y explicación sería demasiado prolija é inoportuna.

Con estas municiones el partido Nuestro se mejoró de tal manera, Que el contrario se tuvo por vencido. Cayó su presuncion soberbia y fiera, Derrumbanse del monte abaxo quantos Presumieron subir por la ladera, La voz prolija de sus roncos cantos El mal suceso con rigor la vuelve En interrotos y funestos llantos.

Diciendo esto clavó los ojos en Salvador examinándole prolija y atentamente de pies a cabeza. Después dio otro gran suspiro y bajando los ojos murmuró para : También él se va poniendo viejo. ¿No se necesitan más explicaciones? preguntó Monsalud. No replicó Cordero brusca y desabridamente. Pues yo voy a dar una que creo necesaria.