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Amala, sirve y regala, Con celos no la des pena, Que no hay mujer que sea buena Si ve que piensan que es mala. ARR. No sólo das libertad, Mas saludables consejos. NARV. Pues estoy de darlos lejos, ¡Y tengo necesidad! Parte a Coín, por que veas Mi mora, que no conoces. ARR. ¡Plega al cielo que la goces Con el gusto que deseas! Salen ABINDARRÁEZ y JARIFA.

Pues tras la culebra anduve y aun pienso se ha de ir para ti a la cama, que son muy frías y buscan calor." "Plega a Dios que no me muerda, decía yo, que harto miedo le tengo,"

#A lo que# respondió Preciosa. Lo que veo con los ojos, con el dedo lo adivino: yo del señor don Juanico, sin rayas, que es algo enamoradizo, impetuoso y acelerado, y gran prometedor de cosas que parecen imposibles; y plega a Dios que no sea mentirosito, que sería lo peor de todo.

Todo irá bien, replicó Candido; ya el mar de este nuevo mundo vale mas que nuestros mares de Europa, que es mas bonancible, y los vientos son mas constantes: no cabe duda de que el nuevo mundo es el mejor de los mundos posibles. Plega á Dios, dixo Cunegunda; pero tan horrorosas desgracias han pasado por mi en el mio, que apénas si queda en mi corazon resquicio de esperanza.

Pues, estando en tal aflición, cual plega al Señor librar della a todo fiel cristiano, y sin saber darme consejo, viéndome ir de mal en peor, un día que el cuitado ruin y lacerado de mi amo había ido fuera del lugar, llegóse acaso a mi puerta un calderero, el cual yo creo que fue ángel enviado a por la mano de Dios en aquel hábito. Preguntóme si tenía algo que adobar.

Cosa es cierta. Al fin la comedia está Subida ya en tanta alteza, Que se nos pierde de vista: ¡Plega á Dios que no se pierda! Hace el sol de nuestra España, Compone Lope de Vega, La fénix de nuestros tiempos Y Apolo de los poetas, Tantas farsas por momentos, Y todas ellas tan buenas, Que ni yo sabré contarlas, Ni hombre humano encarecerlas.

NARV. Moro, engañado has venido; Que a quitarte las prisiones Vino a mi Alora tu Alara, Como verás cuando tornes. Porque apenas vino aquí, Cuando a volver se dispone, Por asegurar tus celos Y temer tus sinrazones. Si con ella te he ofendido, ¡Plega al cielo, moro noble, Que me atraviese la espada De un moro villano y torpe!

Plega al cielo que los jueces que os quitaren el premio primero, Febo los asaetee y las Musas jamás atraviesen los umbrales de sus casas. Decidme, señor, si sois servido, algunos versos mayores, que quiero tomar de todo en todo el pulso a vuestro admirable ingenio.

-Habréla acabado -respondió Sancho-, porque veo que vuestra merced recibe pesadumbre con ella; que si esto no se pusiera de por medio, obra había cortada para tres días. -Plega a Dios, Sancho -replicó don Quijote-, que yo te vea mudo antes que me muera.

Tomóme él un pedazo, de tres que eran el mejor y más grande, y díjome: "Por mi vida, que parece éste buen pan." "¡Y cómo! ¿Agora -dije yo-, señor, es bueno?" ", a fe -dijo él-. ¿Adónde lo hubiste? ¿Si es amasado de manos limpias?" "No yo eso -le dije-; mas a no me pone asco el sabor dello." "Así plega a Dios" -dijo el pobre de mi amo.