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Los versos del convencional Chenier, adaptados á una música de guerrera gravedad, resonaban en las calles al mismo tiempo que la Marsellesa. La République nous appelle, Sachons vaincre ou sachons périr; Un français doit vivre pour elle, Pour elle un français doit mourir. La movilización empezaba á las doce en punto de la noche.

Al fin me decido y vuelvo al bullicio: las 12 de la noche han sonado y no queda ya en las anchas veredas, desde el bulevar Montmartre hasta la plaza de la Opera, sino uno que otro grupo de retardatarios, y aquellas sombras lívidas, flacas y míseras, que corren a lo largo del muro y os detienen con la falsa sonrisa que inspira una piedad profunda... Todo ha pasado, el pueblo se ha divertido y M. Prud'homme, calándose el gorro de noche, dice a su esposa: Madame Prud'homme, on a beau dire: nous sommes dans la décadence.

En La Serée 38 de Guillaume Bouchet, se lee lo siguiente: Quelqu'un de la compagnie nous va conter qu'il avoit vu jouer la Passion

Varias notas sueltas llegadas hasta ellos con mayor intensidad en una de las fluctuaciones de la brisa permitieron á Argensola reconstituir el canto breve rematado por un aullido melódico; un verdadero canto de guerra: C'est l'Alsace et la Lorraine, C'est l'Alsace qu'il nous faut. Oh, oh, oh, oh.

Yo dije á mi mujer que venia á mi brazo sin comprender lo que pasaba: ese hombre nos quiere arrebatar sin duda al Paris que está en la tierra, para llevarnos á otro Paris que estará en el cielo ...aunque ignoro si podrá subir tan arriba. En el primer tramo del piso cuarto me detuve. Mozo, no subo más. Montez, monsieur, montez; nous y sommes.

Hubo un momento en que si no llega gente de curia, se iban á pegar las mujeres, y arrancarse los moños, azuzadas por los pícaros paisanos que esperaban, como nuestros estudiantes, ver algo más que un cancan. Scit, scit, scit, scit, scit, scit, Disputez-vous, battez-vous, Scit, scit, scit, scit, scit, scit Nous allons compter les coups.

Y sin esperar más, púsose en pie D. Diego, y accionando como un cómico, con voz fuerte y exaltado acento, cantó así: Allons, enfants de la patrie, le jour de gloire est arrivé! Contre nous de la tyrannie l'étandart sanglant est levé! Asunción y Presentación reían como locas y D.ª María no dijo nada. Ninguno de la familia había entendido una palabra.

Y ahora, con aquella meditación de crepúsculo, junto a su madre silenciosa y recogida también en sus recuerdos, se puso a musitar el primer verso del poema: "Pourquoi pleures-tu petite Christine?" Imaginó ser ella misma, en la media noche de invierno, la heroína del poema, y repetía sus tristes y tiernas palabras: "Mon fiancé dort sous la noire terre, Dans la froide tombe il rêve de nous.

Era adorable ver á la impermeable mujer, cada vez que una copa de brandy apaciguaba por un momento el mal, y que el buen marido la tranquilizaba á propósito de algún corcovo terrible del buque azotado por las olas hinchadas, era de ver cómo, mirando á su Adán con la inefable dulzura de la chispa, le decia con el acento mas patético: «Ah, mon marí! nous nous aimons comme si nous avions seize ansEn seguida venian los apretones de manos, los abrazos, los besos á hurtadillas, hasta que hecha la digestión marítima de la última copa de brandy, la amorosa consorte exclamaba con voz agonizante, siempre en francés: «Oh, mon marí! je meurs!