United States or Costa Rica ? Vote for the TOP Country of the Week !


La había prestado un buen servicio Ojeda reía amargamente al pensar en esto , habían sido felices unas horas, y luego se separaban como extraños, sin recuerdos y sin melancolías: lo mismo que si se hubiesen conocido a la caída de la tarde en un bulevar de París para pasar media hora juntos en un hotel y no volver a encontrarse nunca.

En la calle de Montmartre, cerca de la calle Feydeau, hácia el bulevar de los Italianos, hay una bollería. Pues bien, en esa bollería me han dado cuatro mercis por un bollo que valia un sueldo, ó sea tres ochavos. ¡Cuatro gracias por tres ochavos! ¡Ni á ochavo por gracia! Esto me aflige, me contrista, me ahoga; y como no puede menos de ser, me quita el gusto del trato social.

En el bulevar de la Poisonnière ó de San Dionisio, he visto hoy una especie de programa en que uno se presenta como candidato á la diputacion, alegando por título que vestirá á las mujeres mejor y más barato que ninguna casa de Paris. ¿Qué mayores ventajas podeis hallar en un diputado, dice á los electores, que la de contentar á vuestras mujeres?

La opinión de los pinches vale, en caso semejante, tanto como la de los deshollinadores... Todo no había concluido aún para Zuzie y Bettina, por el contrario, todo empezaba. Cinco minutos después, el carruaje de madama Scott subía por el bulevar Haussmann al trote lento y cadencioso de dos soberbios caballos; París contaba dos parisienses más.

Se sintió envuelto y empujado por la corriente humana que descendía á las profundidades del Metro, y el tren subterráneo le llevó al otro lado de París. Pasó más de dos horas en la casa de su amigo el inventor modesta habitación situada en una calle afluente á los bulevares exteriores , y al caer la tarde se vió marchando á pie por el bulevar Rochechuart, hacia la plaza Pigalle.

Con la superstición del que aguarda, se dijo que Alicia sólo podía presentarse al cerrar la noche, y el día le pareció interminable. Al anochecer dudó. No vendrá.... Debe haberse arrepentido. Estaba en la esquina de una calle curva y pendiente inmediata á la iglesia. Desde allí podía ver las gradas que comunican la plazoleta con el hundido bulevar.

Plaza de la Concordia. Arco de la Estrella. Campos Elíseos. Vuelta al Hotel. Mi mujer va haciendo admirables progresos en el idioma francés. Á las mujeres las dice monsieur y á los hombres madame: al quilógramo, medida de áridos, lo llama litro, medida de líquidos: el bulevar, es el restaurant y el restaurant es el bulevar, y así en otras cosas.

¿Sería quizá en el cuarto vecino, o en el corredor de entrada, o tal vez en el bulevar, algún incendio formidable que hiciera penetrar a través de las maderas sus inflamados miasmas?

Se apiadarán de al verme tan vieja, tan cansada.... Pero á pesar de su cansancio se irguió, con un gesto de altivez ofendida. No había mendigado nunca, y á los setenta años era tarde para empezar. Debo verle...necesito verle. La fatiga le hizo caer en un banco entre dos árboles del bulevar. Brillaban en la penumbra las puertas de cafés y tabernas como bocas de horno.

No hay mas que atravesar la plaza del Casino, sus jardines en pendiente, y subir una escalinata hasta el llamado bulevar del Norte, para encontrarse con uno de los espectáculos más raros de Europa. Una acera es del príncipe de Mónaco y la de enfrente de la República francesa.