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En el momento en que la señora quiso entrar á esa localidad, suponiendo encontrar allí su equipaje, salia un individuo alojado tambien en el hotel. Nuestra inocente señora dió un grito y se quedó pasmada; pero luego bajó las escaleras gritando que un monsieur se habia metido al cuarto de ella, cosa que naturalmente le parecia muy irregular.

En el primer capítulo dábanse detalles históricamente exactos, como la fecha del nacimiento y la ciudad provinciana donde fuera la residencia de monsieur Jaccotot. Ambos datos le habían sido preguntados, fingiendo un hipócrita interés de simpatía... Cierto era también que se casó hacía más o menos unos veinte años.

Pasamos el piso entresuelo y llegamos al principal; un principal bastante alto por señas: el mozo proseguia subiendo. ¿Dónde va usted? le grité desde el primer tramo del piso tercero, porque el entresuelo era todo un piso. Montez, monsieur, s'il vous plaît; c'est ici, c'est ici. Llegamos al piso cuarto: el mozo proseguia subiendo.

Aquí tiene a monsieur Manzanares, hombre generoso, que, según parece, está enamorado de usted y se dará por contento si puede hacer su felicidad. El señor dijo Marcela sonriendo ya sabe que en el buque no acepto nada. Bueno; pues será en tierra. Y de seguro que está deseando llegar a Buenos Aires cuanto antes, para poner a sus pies todas las blondas y puntillas de su establecimiento.

Mirad le dije, monsieur Sans-délai que así se llamaba; vos venís decidido a pasar quince días, y a solventar en ellos vuestros asuntos. Ciertamente me contestó. Quince días, y es mucho. Mañana por la mañana buscamos un genealogista para mis asuntos de familia; por la tarde revuelve sus libros, busca mis ascendientes, y por la noche ya quién soy.

Gonzalvo tendió el brazo, y Lucía, pasivamente, iba a apoyarse en él; pero se abrió de nuevo la puerta, y el camarero, con actitud teatral, anunció: Monsieur de Miranda. Era, en efecto, el asendereado novio, cojeando de la pierna derecha, pudiendo apenas sentar el pie, porque los agudos dolores de la luxación, consecuencia ingrata del salto a la vía, se renovaban al apoyar la planta en el suelo.

Marcelo Valdés, el mejor estudiante de la clase, el preferido de monsieur Jaccotot, se puso de pie y dijo, tartamudeando: Yo he sido, monsieur Jaccotot... No creía hacer nada malo... Le pido que me disculpe...

¿Est-ce que vous m'appelez, monsieur? Pas du tout. Je n'ai rien dit. Á l'hôtel des

Nuestro S.^r guarde a V. m., de paris a primero de nouiembre 1603. De V. m. Ant. Perez. Monsieur Maridat, premier Segretaire de mons.^r le Conestable. A Fontainebleau. Esta carta es de mano ajena. Bibl. Nac. de París, Fr., 3.652, fol 150. Colección Morel Fatio, núm. Ex.^mo Sr.

Hará usted ordenó Ignacio que al esperar mañana al tren de España, pregunten por monsieur Aurelio Miranda.... ¡no se olvide usted! que le digan que madame está aquí en este hotel, sin novedad, y que le aguarda.... ¿Entendido? Parfait contestó la francesa. Diéronse las buenas noches Lucía y Artegui en el umbral de sus respectivos cuartos.