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Notando intrigado en su tono y su gesto irónica impudencia, monsieur Jaccotot le preguntó: ¿Qué lee usted, pues? Peralta se levantó arrogantemente y entregó al profesor un cuaderno, diciéndole: Esto. En la clase se hizo un gran silencio de curiosidad y expectativa... Monsieur Jaccotot tomó el cuaderno y lo abrió en su primera página.

No puede verme sin reírse... Así empiezan, según opinión general, las grandes pasiones; y el amigo Ojeda, si no estuviese ciego, como todos los enamorados, debería mirarme con cuidado... Pero dejémonos de pompas y vanidades y atendamos a nuestros amigos. Allí viene uno... Buenos días, monsieur.

Gozosa y atendida, veía Pilar una fiesta de las Mil y una noches en el Casino constelado de innumerables mecheros de gas, en el aire tibio poblado con las armonías de la magnifica orquesta, en el salón de baile donde los amorcillos juguetones del techo se bañaban en el vaho dorado de las luces. Jiménez, el marquesito de Cañahejas y Monsieur Anatole, se disputaron el placer de bailar con ella.

Tardó el millonario algún tiempo en recobrar su calma, y al reanudar el relato pasó de un salto á la escena final de su novela amorosa, á la última entrevista con Judith dos noches antes, en aquel hotelito de Biarritz donde había pasado los mejores veranos de su vida. Sánchez Morueta había llegado sin avisarla, sorprendiendo al monsieur Jules casi ocupando su sitio.

Juan Andrea Doria, temeroso también en Lepanto, cuyo triunfo estuvo á punto de comprometer, responde ante la historia del tremendo fracaso de los Gelves, si bien Monsieur Jurien de la Gravière, siempre juicioso y benévolo, como quien ha sentido sobre los hombros el peso enorme de la responsabilidad, lo tiene dicho: «Vencer á los turcos en la mar en el siglo XVI, era tan difícil como derrotar á los ingleses en los días de Abukir y Trafalgar

A continuacion de un desahogo pasablemente insípido de un viajero anónimo que lamentaba la ausencia de su adorada, un tal P. Farnel habia escrito: «Monsieur l'amoureux, vous mentez; l'amour est une bêtise ou un mensongeEn otra página decia otro, bajo la firma de Un Parisien, estas filosóficas palabras: «Tous ceux qui mettent leurs signatures dans ce livre sont des bêtes, y compris le soussigné

Encontrose en la segunda con una tosca e irrecognoscible imagen, que sin duda le representaba, pues abajo tenía la siguiente leyenda: «Retrato de monsieur Jaccotot, por el autor». Al verse tan mal representado, el profesor no pudo menos de reírse, y pasó a la siguiente hoja... La clase seguía en su silencio de curiosidad y expectativa...

Nadie se ha ocupado especialmente de esta cuestion, si se exeptua Monsieur Jacquet que hizo en 1831 un estudio que publicó en el Nouveau Journal Asiatique de Paris bajo el título de Considérations sur les Alphabets des Philippines.

Un emperegilado garçon que, desde nuestra entrada nos habia seguido la pista á la conveniente distancia de respeto, se aproxima por fin á nuestra mesa. ¿Qu'est-ce que vous voulez, monsieur? Attendez, s'il vous plaît. Aquello era una especie de banquete de Estado, y era preciso no echarlo á perder.

Y volviéndose hacia la inglesa, el hotelero añadió con germana tranquilidad, como quien cumple un deber de su cargo: Monsieur el hidalgo Febrer, marqués de España. Sabía su obligación. Todo español que viaja con buenas maletas es hidalgo y marqués mientras no prueba lo contrario.