United States or Saint Vincent and the Grenadines ? Vote for the TOP Country of the Week !


Créete que ha venido Dios a vernos, y si ahora no nos portamos bien, merecemos que nos arrastren. Fortunata hubiera dicho para : «¡Vaya un moralista que me ha salidopero no tenía noticia de esta palabra, y lo que dijo fue: «Ya estoy de misionero hasta aquí», usando la palabra misionero con un sentido doble, a saber: el de predicador y el de agente de aquello que Rubín llamaba su misión. ix

D. Carlos, no nos guardan las consideraciones que merecemos. ¿Qué más?... Ayer no me había acabado de peinar cuando ese bárbaro de Zugarramurdi entró en mi cuarto sin pedir permiso.... ¡Y para qué! para decirme si había yo visto una de sus espuelas que no podía encontrar. Bobadas.... Habla más bajo.... Me parece que se ha despertado el Sr. Navarro.

Aquella exclamación era un grito de afecto, de entusiasmo, y a la vez de un vago remordimiento que jamás había podido desechar de . ¡Qué buena eres! ¡qué buena eres! repitió con lágrimas en los ojos. Lo que has hecho aquella noche... ¡Oh! eso no lo hace nadie... ¡Nadie!... Una santa que bajase del cielo no lo haría... Ninguno de los que vivimos a tu lado merecemos besar el polvo que pisas...

¿Indignidad? ¿Llama usted indigna a la araña que ahoga a la pobre mosca en su tela, o al milano que cae sobre el inocente polluelo y lo arrebata por el aire? La mosca, el pollo y yo merecemos la misma suerte por haber nacido. Porque el delito mayor del hombre es haber nacido, ya lo ha dicho Calderón, que era sacerdote como usted.

El fiscal que pide la cabeza del malo nada sería sin , que obedezco; todos somos ruedas de la misma máquina, y ¡vive Dios! que merecemos igual respeto, porque yo soy un funcionario... con treinta años de servicios. El ogro En todo el barrio del Pacífico era conocido aquel endiablado carretero, que alborotaba las calles con sus gritos y los furiosos chasquidos de su tralla.

Si empezamos a hacer disparates y a portarnos como dos intrigantas que se meten donde no las llaman, merecemos que nos tome Ido por tipos de sus novelas. Vámonos ahora a San Ginés, y luego sabremos la opinión del señor de Quevedo. Descuida, que no se nos morirá de hambre».

Esta mañana, cuando Amalia me dijo lo que me dijo, toda la sangre se me hizo como un veneno, y me propuse aborrecerte, pero aborrecerte en toda regla, no creas... y no perdonarte aunque te me pusieras delante de rodillas. ¡Pero es una tan débil...! ¡Si merecemos todo lo que nos pasa...! Es la mayor desgracia ser así, tan simplona... Como que estamos a merced de esas... secuestradoras, que de tiempo en tiempo nos prestan a nuestros propios maridos para que no alborotemos...

Y le narró con sencillez y concisión su vida desdichada en los últimos tiempos y el suceso increíble que había dado origen a la separación. Elena volvió a besarla con transporte y alzando los ojos al cielo exclamó: ¡Oh, Dios! Los malos merecemos ser desgraciados, pero los buenos ¿por qué también lo son? Ambas guardaron silencio. ¿Le amas todavía? preguntole dulcemente al oído.

Aquí pagamos tarde ó temprano todas las que hemos hecho; aquí recibimos, si no hoy, mañana, nuestro premio, si lo merecemos, y quien dice mañana, dice el siglo que viene ... Dios, ¡oh! la idea de Dios tiene mucho busilis... y para comprenderla hay que devanarse los sesos, como me los he devanado yo, dale que dale sobre los libros, y meditando luego. Fijese bien. Personal es lo que es uno.