United States or Burkina Faso ? Vote for the TOP Country of the Week !


LEONOR. ¿Por qué temblando tu mano está? ¿Qué sientes? MANRIQUE. Nada, nada. LEONOR. En vano me lo ocultas. MANRIQUE. Nada siento. Estoy bueno... ¿Qué dices? ¿Que temblaba mi mano?... No... ilusión... nunca he temblado. ¿Ves cómo estoy tranquilo? LEONOR. De otra suerte me mirabas ayer... tu calma fría es la horrorosa calma de la muerte. ¿Pero qué causa, dime, tus pesares?

Si nos sumimos en el mar á cierta profundidad, no tardamos en vernos privados de luz: se penetra en un crepúsculo do sólo persiste un color, el rojo siniestro; y aun al poco rato este color desaparece y sobreviene la negra noche. ¡Qué obscuridad tan absoluta, exceptuando tal vez algunos accidentes de horrorosa fosforescencia!

Incorporado en la cama, pasó largas horas en horrorosa cavilación. Allí fue el amenazador levantamiento de su conciencia, allí la reyerta encarnizada entre ciertas ilusiones suyas y ciertos temores que aparecieron de improviso como enemigos emboscados acechando la ocasión.

Luego se vió bebiendo con hombres de otros países que vestían distintos uniformes, y hasta con soldados franceses, que, á pesar de la locura general, conservaban un gesto sombrío, como hombres que aún no hubiesen acabado de despertar de una pesadilla horrorosa prolongada durante años y años. Al anochecer, la vieja se sintió fatigada.

Pues bien: en aquella playa, levantado por el torbellino, indudablemente á grande altura, cayó con horrorosa pesadez y fué aporreado, derrengado, dislocado, quedando en aquel sitio como un cadáver. ¿Qué se hicieron sus tripulantes? No se encontró la menor traza de ellos, creyéndose que tal vez todos habían sido barridos de sobre cubierta.

Además, son inseparables y forman una pareja horrorosa que no todo el mundo ve. ¡Desgraciados aquellos que siendo aún jóvenes se dan cuenta de que existen!... Yo los he conocido siempre: estaban en el colegio; allí pudiste conocerlos también ; no dejaron de habitarlo ni un sólo día durante los tres años de vulgaridad y de mezquindades que en él pasé.

Engañada por la idealidad mística que no acierta a encerrar en sus verdaderos términos, es víctima al fin de su propia imaginación, de su sensibilidad no contenida, y se ve envuelta en horrorosa catástrofe.... Pero no intentaré describir en pocas palabras la sutil psicología de esta señora, tan interesante como desgraciada.

Llegó también este suceso á oídos del Pachá, que dió tormento á algunos esclavos para obligarlos á declarar la verdad, convenciéndose al fin de que sólo habían tratado de representar una comedia; pero se vió, no obstante, en la necesidad de entregar seis españoles á la amotinada chusma de Argel, que les dió una muerte horrorosa. V. á Navarrete, pág. 366.

Señor mi amo, le respondió Cacambo, Cunegunda está fregando platos á orillas de la Propontis, en casa de un príncipe que tiene poquísimos platos, porque es esclava de un soberano antiguo llamado Ragotski, á quien da el gran Turco tres duros diarios en su asilo; y lo peor es que ha perdido su hermosura, y que está horrorosa de puro fea. ¡Ay! fea ó hermosa, dixo Candido, yo soy hombre de bien, y mi obligacion es quererla siempre. ¿Pero cómo se puede encontrar en tan miserable estado con el millón de duros que tu le llevaste?

No pensaba en desgracia alguna, cuando me han avisado que un niño ha caído dentro de la lejía caliente que su madre tenía para limpiar la ropa: ha sido un gran descuido. Espero salvar a la pobre criatura. 2 de septiembre de 1801. Estoy enferma de inquietud y sobresalto. Ayer fuimos otra vez castigados por una horrorosa tempestad que ha acabado de destruir nuestras cosechas.