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Por aquí se arrastra el mineral de las pertenencias de arriba. ¿Tiene usted frío? Diga usted, buen amigo interrogó el doctor festivamente . ¿Está usted seguro de que no nos ha tragado la tierra? Este pasadizo es un esófago. Somos pobres bichos que hemos caído en el estómago de un gran insectívoro. ¿Y usted, joven, se pasea mucho por estas amenidades?

Bruscamente, una modulación semejante a un hachazo variaba, con el tono, el número, el lenguaje, el sentido. Estrofa amorosa, impregnada de candor pastoril, aparecía luego, y después el festivo rondó, erizado de dificultades, con extravagancias de juglar y esfuerzos de gimnasta. Enmascarándose festivamente, agitaba cascabeles.

Rosalía, gozosa de tratarse con doña Tula, con los Tellerías, con los Lantiguas, recibíalas con los brazos abiertos, y las obsequiaba con dulces, que se hacía traer previamente de la repostería de Palacio. «Jueguen, enreden, griten y alboroten, que a no me incomodan» les decía Bringas festivamente desde el hueco de la ventana, donde estaba sumergido en el piélago inmenso de sus pelos.

Sttt.... Poquito a poco.... Me lo iréis repitiendo conforme os abrace. Dos primas vinieron a pagar el tributo, diciendo festivamente: Yo soy Manolita, para servir a usted. Yo, Carmen, para lo que usted guste mandar.

¿Qué pide? preguntó. ¿Qué ha de pedir? respondió el marqués festivamente . ¡El vino, hombre! ¡El vaso de tostado! ¡Mama! exclamó el abad. Antes de que Julián se resolviese a dar al niño su vaso casi lleno, el marqués había aupado al mocoso, que sería realmente una preciosidad a no estar tan sucio.

Háyase de llamar Renfas, o Asmodeo, o de otro cualquier modo, es lo cierto que este travieso diablillo, con parecer de menor cuantía y ser cojo por añadidura, tomó entre nosotros tal importancia, que nada malo se pudo hacer sin él. «El Diablillo Cojo sabe más que el otro», enseñó el refrán, y cuando en el calor de la ira se dijo a alguno que le llevase el diablo, no faltó quien, rectificando festivamente, respondiera: «El Diablo Cojuelo, que es más ligero». En las fórmulas supersticiosas llevábanle y traíanle como un zarandillo nuestras hechiceras de los siglos XVI y XVII, para que les llevase y trajese sus galanes y paniaguados, y le daban prisa, y le adulaban celebrando su ligereza.

Lo mismo que le vieron ustedes hacia 1857, salvo el detrimento de los años, era Martínez de la Rosa cuando joven. Si en sus ideas había alguna diferencia, no así en su carácter, que fue en la forma festivamente afable hasta la vejez, y en el fondo grave, entero y formal desde la juventud.

Por eso un teniente de caballería andaluz, al hacerle un favor y un disfavor en el juego de prendas, le había dicho recientemente: « Ez uzté mu bonita, pero ez uzté mu redondita». Y esto había servido para que los amigos de la casa la llamasen festivamente la redondita y la mareasen a la continua con el «ez uzté mu bonita, etcétera». La expresión del rostro continuaba siendo tan plácida, tan grave y dulce como antes.

Estoy aturdida dijo pasándose la mano por la frente . Me pesa algo la cabeza; tengo calor. Los licores.... Las bebidas respondió festivamente Miranda . Descansa un instante, mientras facturo el equipaje. Es formalidad precisa aquí....

Nosotros admiramos las hermosas obras que salen de sus manos, pero es inútil enterarnos de cómo se hacen. Mi intervención es de mera prudencia: porque los conozco. Si se les deja ir, en algunos instantes llegaremos a las combinaciones químicas, y como no entendemos nada, ustedes habrán hablado sin provecho para nadie. Vaya dijo Juan festivamente, no hay nada que hacer, ¡tenemos un mal público!