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El crítico más hábil y atinado, quizá, entre cuantos hay en España me ha hecho ya dos o tres veces, al juzgar otras novelas mías, un favor y un disfavor que no creo merecer; pero si los merezco, esta vez, lejos de enmendarme, incurro más de lleno que nunca en su censura, que por otra parte me lisonjea.

Las causas de este fenómeno, en lo esencial á lo menos, son independientes del favor ó disfavor de los monarcas.

Ea, quitáos de mi vista... y á vuestro trabajo. Muchas gracias, señor Francisco dijo Cosme Aldaba, porque las últimas palabras del cocinero habían sido para él un favor y un disfavor.

No sabía qué hacer ni qué decir. «Hijo mío exclamó limpiando el sudor de la frente de su marido , ¡cómo estás...! Cálmate, por María Santísima. Estás delirando». No, no; esto no es delirio, es arrepentimiento añadió Santa Cruz, quien, al moverse, por poco se cae, y tuvo que apoyar las manos en el suelo . ¿Crees acaso que el vino...? ¡Oh! no, hija mía, no me hagas ese disfavor.

Amargo y dulce á la vez, ó como si dijéramos, un favor y un disfavor. ¿No queréis hacer vos mismo alguna pregunta? Si me lo permitís. ¿Os place decirme, señora, qué sucede allá en el castillo de Monteagudo? Para contestar á esa pregunta necesito posar mi mano sobre una persona cuya memoria y cuya mente estén fijas de continuo en ese castillo de que habláis. ¿Vuestra mano?

No, yo no te hago ese disfavor... para que veas. Tengo la seguridad de que arrastrada y todo como eres, loca y sin pizca de juicio, tus faltas nacen del amor y no del interés; y los mismos disparates que haces por un hombre poderoso, que te da grandes cantidades, lo harías si fuera un pobre pelagatos y tuvieras que comprarle a él una cajetilla».

Temieron el disfavor, y llegándole el muchacho que le traía el carretón a la mesa donde se jugaba, pidió cartas.

El indiano, que se vio tan honrado, no cabía en de gozo, y comenzó con voluntad excesiva y la ordinariez que le caracterizaba a prodigarle mil atenciones. Fernanda las recibió con semblante grave, pero sin repugnancia. Y vino, como es natural, aquello de las «tres veces y tres veces noel «contentar a todos los presentes,» «un favor y un disfavoretc., etc.

Por eso un teniente de caballería andaluz, al hacerle un favor y un disfavor en el juego de prendas, le había dicho recientemente: « Ez uzté mu bonita, pero ez uzté mu redondita». Y esto había servido para que los amigos de la casa la llamasen festivamente la redondita y la mareasen a la continua con el «ez uzté mu bonita, etcétera». La expresión del rostro continuaba siendo tan plácida, tan grave y dulce como antes.