United States or Rwanda ? Vote for the TOP Country of the Week !


Cada vez que las unas exaltaban los méritos de un modisto o un joyero de la calle de la Paz o la plaza Vendôme, las otras murmuraban con una voz blanca y una modestia agresiva: «Nosotras no podemos permitirnos eso; en nuestro país somos muy pobres. Eso ustedes y nadie más». Y miraban al mismo tiempo con maliciosa complacencia sus trajes y sus joyas, de igual valía que los de sus rivales.

Era el papa de España y la sagrada máscara del Rey. Después de la sombría procesión, sus rojas vestiduras exaltaban el ánimo como un toque de chirimías. Salvo la morada muceta inquisitorial todo era para los ojos, desde el sombrero hasta la calza, un solo golpe de púrpura. Su ceño expresaba el rigor sacrosanto, sus ojos no pestañeaban siquiera.

Ramiro hubiera querido también expresar su parecer. Estaba convencido de que a la mayor parte de aquellos señores se le alcanzaba muy poco del arte de la pintura. Sin embargo, todos manifestaban el mismo delirio y exaltaban a los grandes maestros como no lo hicieran con los héroes y los santos.

El batallar continuo, la vista de la sangre, la irritación por el hermano muerto, inerme, exaltaban esos organismos morales hasta la locura. Bolívar hace sus tres campañas fabulosas y a lomo de mula recorre Venezuela en todas direcciones, hace varias veces el viaje de Caracas a Bogotá, de Bogotá a Quito, al Perú, ¡a los confines de Bolivia!

Todavía en el mundo había piratas, todavía había negreros, males todos ¿quién lo duda?, peligros que obligaban al marino a tomar ante los hechos una actitud gallarda. Todos estos riesgos exaltaban la imaginación, aumentaban el valor, daban el pensamiento de luchar contra el mal y de vencerlo.

El joven doctor no tenía otra familia que la de su primo y se instaló en su casa. Cristina, que había tenido una hija y por los cuidados de la maternidad salía poco de casa, acogió bien al doctor. La acompañaba tardes enteras hablándola de París, la famosa ciudad del pecado, contra la cual se exaltaban los predicadores y que ella solo había entrevisto en un rápido viaje de bodas.

Pero a la vez que el éter, el esmalte, la flor, exaltaban sobre Toledo aquel resto de gracia sarracena, la mayor parte de los vecinos había cambiado sus trajes de costumbre por tristes ropas de luto.

Mientras de este modo se enardecía el espíritu y se exaltaban los sentidos de aquellos bárbaros, iba pasando mucho tiempo, más tiempo del que yo quería que pasase sin poner en ejecución mi pensamiento. Habían sonado las nueve, las diez, casi las once.

Un "rápido" pasó por la vía paralela disparando un silbato estridente; y la mancha momentánea de los coches osciló en la penumbra del paisaje rayándolo confusamente. Ahora era un paisaje sombrío, todas las cosas exaltaban sus formas como una fantasmagoría. Techos y árboles sobrenadaban en la indecisión de la llanura. Una lucecilla, muy lejos, se encendió temblando como insecto de oro.