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En una fantasmagoría semi-real, en un teatro, delante del Emperador y de toda su corte, Fausto hace que Elena y Paris aparezcan. Cuando Paris roba a Elena, Fausto tiene celos, no puede contenerse, quiere quitar a Paris la beldad que lleva en los brazos, y deshace el encanto con una explosión, cayendo él como muerto.

El comercio de Paris, lo digo otra vez, es lo que la industria: fantasmagoría, aparato, altas novedades; es el zapato aéreo en otro sentido; palaustre tambien. Cuando esto no sucede, el comerciante parisiense se creerá autorizado para exigir el doble ó triple de lo que vale, porque la FANTASÍA, nombre que aquí quiere decir ingenio, invencion, maravilla, prodigio, no está sujeta á tarifa alguna.

No hay progreso, sino perversión, desde el himno compuesto hace más de tres mil años, que venían cantando los mahatmas, cuando los vi volver al Cenobio, hasta las doctrinas que me expuso luego Sankarachária y que implican la negación de Dios, el concepto de que el mundo casi es ilusión y fantasmagoría, y la mal velada afirmación de que la conciencia nace de lo que no tiene conciencia, la voluntad del ciego prurito de los átomos, y de sus desordenadas evoluciones el entendimiento y las leyes a que el entendimiento sujeta así lo exterior y visible como lo más hondo e íntimo del alma.

El oro, la plata, el cobre, el acero y todos los metales bajo mil formas, brillan donde quiera en moles tentadoras para la multitud, miéntras que los diamantes, todas las piedras preciosas conocidas y los cristales de imitacion, incrustados en una joyería de inagotable variedad, multiplican los reflejos de la iluminacion, dándoles á las calles no qué aspecto de fantasmagoría hechicera ó prodigiosa como los cuentos de las Mil y una noches.

En un mundo como éste de ilusión y fantasmagoría, donde no se goza sino en cuanto se espera, es indudable que el hacer esperar es hacer gozar. Las cosas una vez tocadas y poseídas pierden su mérito; desvanécese el prestigio, rómpese el velo con que nuestra imaginación las embellecía, y exclama el hombre desengañado: ¿Es esto lo que anhelaba?

Las borrascas marítimas, los torbellinos de la atmósfera, los trágicos diálogos de los dos Océanos, las tormentas magnéticas llamadas auroras boreales, toda esa fantasmagoría parecíales la Naturaleza furiosamente turbada é irritada, la lucha de Satanás. Durante tres siglos, los progresos fueron lentos.

vives de ilusiones. Aquí tenemos otra vez la fantasmagoría del pleito. Siempre crees que mañana te duermes Isidora y te despiertas marquesa de Aransis, harta de millones. No cómo, con tu buen talento, vives así, engañada por el deseo. ISIDORA. Vamos, hoy todo lo ves negro. JOAQUÍN. Es que todo se ha vuelto ya retinto para .

Aquella fantasmagoría desapareció; el telón de niebla cayó sobre la fachada de la Bolsa, y quedaron ocultas las figuras del sombrío drama, que la imaginación del comerciante acababa de hacer representar. Míster Robert levantó su brazo, cual si lanzara un anatema, y exclamó: ¡Garito amparado por las leyes, ladrón de haciendas, yo te maldigo!

Los moluscos viven confiados, arrastrando su nacarada concha; los cangrejos tampoco desconfían, y corren y cazan. Peces extraños, ventrudos y rechonchos, vestidos de oro y de cien colores distintos, están paseando su pereza. En medio de esa fantasmagoría y con más gravedad, la madrépora arborescente ostenta sus no tan subidos colores. Su belleza consiste en la forma.

El P. Camorra que tantas veces había descrito en el púlpito de Tianì las torturas y sufrimientos del infierno mientras se reía para sus adentros de las miradas aterradas de las pecadoras, se tapó la nariz; y el P. Salví, el mismo P. Salví que había hecho en el día de difuntos una fantasmagoría de las almas del Purgatorio, con fuegos y figuras iluminadas al transparente, con lámparas de alcohol, trozos de oropel, en el altar mayor de la iglesia de un arrabal para conseguir misas y limosnas, el flaco y silencioso P. Salví contuvo su inspiracion y miró con recelo aquel puñado de cenizas.