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No era más que humo: se consideraba subiendo en espiral renegrida, y siempre quemándose, siempre quemándose y consumiéndose; difundido ya, aniquilado, evaporado, acabado... hasta que al fin despertó, cubierto todo con el sudor de la agonía. Despertó, porque un ruido de voces resonaba á su lado. La puerta de la prisión se había abierto. Era la caída de la tarde.

Apenas el Príncipe hubiera dicho a la Condesa algo parecido, sin duda ésta se habría sentido fortalecida en su resistencia contra Vérod, y algo habría dicho de ella en su diario. ¿O había que creer que consumiéndose de amor y de celos, no había dicho una palabra, por amor propio, por altivez?

Pero ¿qué valen los deleites del sentido, ni qué valen las glorias todas y las magnificencias del mundo, cuando un alma arde y se consume en el amor divino, como yo entendía, tal vez con sobrada soberbia, que la mía estaba ardiendo y consumiéndose?

Don Marcelo sintió una alegría feroz. Su paternidad doliente experimentaba el consuelo fugitivo de la venganza. Julio había muerto, y él iba á morir también, no pudiendo sobrellevar su desgracia; pero ¡cuántos enemigos consumiéndose en estos pudrideros que dejaban en el mundo seres amados que los recordasen, como él recordaba á su hijo!...

Mezquinamente socorrida por sus suegros, vivía en un sotabanco de la calle de la Cabeza, mal abrigada y peor comida, indiferente a su esposo, consumiéndose en letal ociosidad, que fomentaba los desvaríos de su imaginación. En cambio, Antoñito se había hecho hombre formal después de casado, tal vez por obra y gracia de la virtud, buen juicio y laboriosidad de su mujer, que salió verdadera alhaja.

El desdichado L'Ambert mesose los cabellos. ¡Cuánto se arrepintió de haber plantado a Romagné de patitas a la calle, y de haberse negado a socorrerle, y olvidado el quedarse con sus señas! Representábase al pobre diablo consumiéndose sobre un camastro, sin pan, sin rosbif y sin vino de Châteaux-Margaux. Esta idea destrozaba su corazón. Asociábase a los dolores del infeliz mercenario.

Y sangrándole el corazón, consumiéndose de pena, calló, se apartó a fin de no ser un obstáculo para su dicha; mas cuando supo que su afortunado rival no merecía la fortuna que había alcanzado; que no solamente no hacía feliz, sino que injuriaba, maltrataba y mortificaba al ser a quien él habría querido ahorrar, no sólo el dolor, sino hasta la menor idea incómoda, un furor en que había ira, remordimientos y desdén, lo arrojó al campo de los nihilistas que se preparaban a matar al terrible gobernador.

El primer templo que se levantó en Lucban, según las expresadas crónicas, fué en el año 1595 por Fr. Miguel de Talavera. Dicho templo fué arruinado en 1629, construyéndose otro más sólido, que á su vez fué presa de las llamas, consumiéndose hasta el punto que no pudo salvar el párroco más que el copón y una Purísima. ¿Sería esta imagen la misma que hoy se admira en el salón del convento?

El plazo apremiaba porque iba consumiéndose en estos trámites el mes de Abril y aunque para lo esencial bastaran las investigaciones hechas por la referida y ya disuelta Junta, muchos puntos difíciles de llevar á la práctica se ofrecían, necesitándose á la vez dirección facultativa, inspección artística y consulta arqueológica que coadyuvaran á la obra material de reconstitución.

El resto de su vida le pasó recordando al cadete, permaneciendo fiel á su memoria y llorándole á veces. Cuanto había de amor en su alma fué consumiéndose en devociones y transformándose en cariño por el sobrino Fadriquito, el cual tenía tres años cuando supo la chacha Victoria la muerte de su perpetuo y único novio.