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Blair me había legado su secreto, con el fin, no hay duda, de ponerme en condiciones de no andar a la caza de riquezas, y como se había extraviado, era mi deber no ahorrar esfuerzo alguno para recuperarlo.

Admirado quedó don Quijote de oír hablar a Roque tan buenas y concertadas razones, porque él se pensaba que, entre los de oficios semejantes de robar, matar y saltear no podía haber alguno que tuviese buen discurso, y respondióle: -Señor Roque, el principio de la salud está en conocer la enfermedad y en querer tomar el enfermo las medicinas que el médico le ordena: vuestra merced está enfermo, conoce su dolencia, y el cielo, o Dios, por mejor decir, que es nuestro médico, le aplicará medicinas que le sanen, las cuales suelen sanar poco a poco y no de repente y por milagro; y más, que los pecadores discretos están más cerca de enmendarse que los simples; y, pues vuestra merced ha mostrado en sus razones su prudencia, no hay sino tener buen ánimo y esperar mejoría de la enfermedad de su conciencia; y si vuestra merced quiere ahorrar camino y ponerse con facilidad en el de su salvación, véngase conmigo, que yo le enseñaré a ser caballero andante, donde se pasan tantos trabajos y desventuras que, tomándolas por penitencia, en dos paletas le pondrán en el cielo.

Hay tal pasion por el lujo que el andaluz dejaría de comer tres dias por ahorrar el valor de sus lucientes botonaduras de plata, puestas en dobles filas en los bordes anteriores de su chaqueta de paño, azul ó negra y llena de adornos de lo mas cuco.

Hasta le llegaron á decir que ya que no pagaba podía ahorrar sus visitas. La señora se olvidaría de la existencia de sus tierras. ¡Ah, no, doña Manuela! Pimentó era exacto cumplidor de sus deberes, y como arrendatario debía visitar á su ama en Navidad y en San Juan, para demostrarle que si no pagaba no por eso dejaba de ser su humilde servidor.

La cuestión es ahorrar algo. El que ahorra algo está salvado. ¡Oh Dios mío! exclamó por lo bajo la condesa dando un suspiro . Lo que yo no comprendo es cómo se puede vivir con dos pesetas, cuanto más ahorrar. Los ingenieros les invitaron a visitar su sala de estudio y laboratorio. En éste había un magnífico microscopio, que fué lo que les llamó la atención.

Vino á esta ciudad Julio César Fontana, ingeniero de S. M. y por su orden, para ver lo que se podía ahorrar en las obras y edificios de la Lonja y estudiar el remedio que debería oponerse á las continuas inundaciones.

Yo no he hecho más que ahorrar trámites, ganar tiempo, difundiendo la grata noticia de que el marido de Petrona aceptará la cartera de Agricultura. La misión esencial del periodismo es secundar la obra del gobierno, contribuyendo a su sólida organización. Y nada más sólido que don Eleuterio. El resto de mis revelaciones carecía de importancia.

Fomentar el vicio y nada más. Esa gente no ahorra: esa gente no ha ahorrado nunca. A ver: que me presenten un jornalero que tengo guardados sus ahorros. Callaban todos, moviendo la cabeza con asentimiento. Nadie presentaba el trabajador exigido por Dupont, y éste sonreía triunfante, esperando en vano al ser prodigioso que lograra ahorrar una fortunilla sobre su jornal de pocos reales.

En silencio elaboraba los barquillos, en silencio los vendía, y casi puede decirse que los voceaba en silencio, pues nada tenía de análogo a la afectuosa comunicación que establece el lenguaje entre seres racionales y humanos, aquel grito gutural en que, tal vez para ahorrar un fragmento de palabra, el viejo suprimía la última sílaba, reemplazádola por doliente prolongación de la vocal penúltima: Barquilleeeeé....

«, señora replicó la criada : todo eso traeremos, y luego nos vamos a la cárcel, para ahorrar a los tenderos el trabajo de llevarnos. ¿Pero usted se ha vuelto loca? Para esta noche haré unas sopas de ajo con huevos, y san sacabó. Crea usted que a ese caballero le sabrán a gloria, acostumbrado como está a comistrajos indecentes. Bueno, mujer. Se hará lo que quieras.