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Con ese metal que no piensa, que no siente, que no quiere, que no obra, con esa inteligencia idiota, con ese brazo inerte y tullido, con esos montones de oro se allanan montes, se ciegan golfos, se toman ciudades, se destronan reyes, se conquistan naciones, se queman imperios, se trastorna el mundo. ¡Cuántas transformaciones no podrian operarse, en el órden físico y moral, con esa pirámide de monedas, con ese metal sordo, mudo, ciego, inanimado; con ese espantoso misterio, amontonado ahí!

Los señores canónigos cantan todos los días al otro lado de esa pared, sin sospechar que sobre sus cabezas hay tales alegrías. ¿Y las vidrieras, tío? Fíjese usted bien. Al principio ciegan tantos colores, se confunden las figuras, el plomo corta los monigotes y no se adivina nada. Pero yo he pasado tardes enteras estudiándolas, y me las al dedillo.

Ciegan quizas el entendimiento, pero esta ceguera no se oculta del todo al que la padece; se dice á mismo, «crees que ves; mas en realidad no ves; estas ciegoPero si el hombre no fija nunca su mirada en su interior, si obra segun le impelen las pasiones, sin cuidarse de averiguar de dónde nace el impulso; para él llegan á ser una misma cosa pasion y voluntad, dictámen del entendimiento é instinto de las pasiones.

Don Quijote dijo que, aunque llegase al abismo, había de ver dónde paraba; y así, compraron casi cien brazas de soga, y otro día, a las dos de la tarde, llegaron a la cueva, cuya boca es espaciosa y ancha, pero llena de cambroneras y cabrahígos, de zarzas y malezas, tan espesas y intricadas, que de todo en todo la ciegan y encubren.

Obligadas por el rigor de mi madre, trabajan las manos, pero no el entendimiento; reza la boca, pero no el alma; se ciegan y abaten los ojos, pero no el espíritu... Las mil prohibiciones que por todas partes nos entorpecen, despiertan en nuestro pecho ardientes curiosidades. Ya sabes que todo lo queremos saber, todo lo averiguamos y de todo hacemos un objeto de afanes e inquietudes.

No niego la belleza moral del señor de Baurepois... Es hasta probable que si yo conociera a ese señor un poco más, me gustaría bastante para olvidar a la larga las imperfecciones físicas que me ciegan por el momento. Esa belleza moral está demasiado oculta... El salvar a Francia es hermoso, no digo que no, pero, entre nosotras, yo no tengo tanta ambición.

Ruego al lector que me entero crédito y que no imagine que son ponderaciones andaluzas, o que mis simpatías hacia Juanita me ciegan. Lo que digo es la verdad exacta, pura y no exagerada. Yo he estado en Villalegre, he visto algunos trajes hechos por Juanita y me he quedado estupefacto. Y cuenta que yo tengo buen gusto. Todo el mundo lo sabe.

El amigo convertido en monstruo. Que las pasiones nos ciegan es una verdad tan trivial, que nadie la desconoce. Lo que nos falta no es el principio abstracto y vago, sino una advertencia continuada de sus efectos, un conocimiento práctico, minucioso, de los trastornos que esta maligna influencia produce en nuestro entendimiento; lo que no se adquiere sin penoso trabajo, sin dilatado ejercicio.

-Si todos los que bien se quieren se hubiesen de casar -dijo don Quijote-, quitaríase la eleción y juridición a los padres de casar sus hijos con quien y cuando deben; y si a la voluntad de las hijas quedase escoger los maridos, tal habría que escogiese al criado de su padre, y tal al que vio pasar por la calle, a su parecer, bizarro y entonado, aunque fuese un desbaratado espadachín; que el amor y la afición con facilidad ciegan los ojos del entendimiento, tan necesarios para escoger estado, y el del matrimonio está muy a peligro de errarse, y es menester gran tiento y particular favor del cielo para acertarle.

Viendo los círculos, los precipicios, los valles, los desfiladeros, asistimos, como convertidos de pronto en inmortales, al gran trabajo geológico de las aguas que abrieron sus cauces en todas direcciones en torno de la masa primitiva de la montaña. Se les ve, digámoslo así, esculpir incesantemente esa masa enorme para arrancarle despojos con que nivelan la llanura ó ciegan una bahía del mar.