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Mi sér continuaba libre, atento a las curiosidades que hasta entonces lo solicitaban; y sólo cuando sentía el cansancio de las cosas imperfectas o el deseo nuevo de una ocupación más pura, regresaba a la Imagen que en guardaba como un Fra Angélico en su claustro, dejando los pinceles al concluir el día, de hinojos ante la Madona para implorar de ella descanso e inspiración superior.

Historia, monumentos y curiosidades. Mi esposa, que ademas de tener un gusto decidido por los bellos espectáculos de la naturaleza, es animosa en los viajes, habia tenido el capricho de proponerme que bajásemos el Rigi á pié, en direccion á Küssnach. Aunque el descenso es algo fatigante y requiere cerca de tres horas, no renunciamos al proyecto.

Por lo que á toca, Dios sabe cuánto deseo verla. ¡Animo, mis queridos y benévolos lectores! Hasta mañana. =Dia trigésimo tercero=. La enferma. Museo del Louvre. La Asuncion. Apoteosis de Rubens. Otra pintura de Murillo. Una respuesta. Noticia á mis lectoras. Curiosidades. ¡Virtud increible la de la sangre! ¡Cariño santo el de la familia!

Para convencernos una vez mas de que lo risible se halla comunmente muy cerca de lo sublime, el pequeño hotel de Montanvers, á donde volvímos poco despues, nos llamó la atencion con sus curiosidades. La sala principal contenia un verdadero museo artístico y alpestre, donde cada viajero compraba algunas graciosas fruslerías.

Londres tiene también, como curiosidades artísticas, algunas plazas públicas muy notables, no por lo que son en mismas, sino por los bellos monumentos que contienen en su centro.

A despecho de la rudeza del diseño, gustaba a Lucía la figura de la Virgen, la modestia de sus ojos bajos, la mística idealidad de su actitud. Si poseyese una cantidad crecida de dinero, a buen seguro que la daría por un Cristo que andaba confundido entre otras curiosidades, en el baratillo.

El vasto edificio tiene tal suma de curiosidades preciosas, desde sus claustros hasta sus altas galerías y sus terrazas, que requiere un estudio de muchos dias. Que el lector me perdone, pues apenas me es dado ofrecerle una idea muy sucinta de las impresiones recogidas en solo unas ocho horas de observacion muy rápida.

Se trataba de una visita al almacén de Hop-Sing, la apertura y exposición de algunas raras curiosidades y novedades chinas, una sesión en el despacho posterior de la casa, una taza de te, de bondad desconocida fuera de estos sagrados lugares, cigarros y una visita al teatro o templo budhista.

Esas curiosidades expuestas con rótulos en ese gran palacio triste constituían, efectivamente, un museo, conjunto melancólico de cosas traídas de países muy lejanos, separadas de su medio ambiente. El mismo veterano Sieboldt parecía que formaba parte de él por su aspecto extraño.

Si esto te lo pregunto hipotéticamente. Me basta con tener conciencia de mi aptitud... Curiosidades de enfermo... ¿Que no vienen? dijo, presentándose en la puerta, la hermana de Moreno-Isla. Vaya unas prisas. Ya vamos. ¡Para la gana que uno tiene...! Pero la tengo yo, canastos dijo el médico. ii Por la tarde pidió Moreno su coche y estuvo haciendo visitas hasta las siete.