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Cay y chay, puestos despues de un nombre, significan, quizá: huecu, sin. Para dar alguna idea mas clara de esta lengua, añadiré lo siguiente: LA SE

Zelayeta dijo que quizá fuera mejor dejar la expedición para otro día, porque el cielo estaba obscuro y la mar algo picada; pero Recalde afirmó que aclararía. Ya decididos, compramos queso, pan y una botella de vino en el Guezurrechape del muelle; bajamos al rincón de Cay erdi donde guardaba sus lanchas Shacu; desatamos el Cachalote y nos lanzamos al mar.

En mi tiempo, el muelle largo de Lúzaro, que en vascuence se llama Cay luce, no era tan ancho ni tan bien empedrado como ahora; tenía una pequeña muralla, y en vez de terminar en el Rompeolas, concluía en las mismas peñas.

Suelo ir a ver a Shempelar, sobre todo si tiene obra nueva, y hablamos; pero mi paseo constante no es hacia el río, sino hacia el muelle; veo cómo pescan en Cay luce, y cómo van entrando las barcas de bonito y las goletas de cabotaje; oigo, riendo, las riñas en vascuence de las mujeres a los chicos, porque todas estas mujeres de mar tratan a la prole a fuerza de chillidos, como si imitaran a las gaviotas, y cambio algunas palabras con los pescadores.

¡Pobre Yurrumendi! Daría cualquier cosa por verle en la tienda de poleas de Zelayeta o en el Guezurrechape de Cay hice, contando sus cuentos; pero los años no pasan en balde, y hace ya mucho tiempo que Yurrumendi duerme el sueño eterno en el Camposanto de Lúzaro. Recalde, Zelayeta y yo ingresamos en la Escuela de Náutica.

Mos de Fosussa me haze md. de lleuar estos renglones. Señor de que V. Ex.^a biua con la salud que se nos quenta, biuimos los suyos, como con el Alma propia. Yo como vno dellos y de los mas suyos rebiuiré con tales nueuas, de una gran enfermedad en q. cay en partiéndose V. Excelencia, qual dirá el Portador desta.

Veíamos salir y entrar las barcas; veíamos a los chicos que se chapuzaban, desnudos, en la punta de Cay luce, y a los pescadores de caña haciendo ejercicio de paciencia. Los pescadores nos conocían. ¡Qué sorpresa cuando aparecía, al final de un aparejo, un pulpo con sus ojos miopes, redondos y estúpidos, su pico de lechuza y sus horribles brazos llenos de ventosas!

Entre las casas de a lo largo del muelle de Cay luce, antes, como ahora, había algunos almacenes de carbón, y una fila de tabernas en donde los pescadores se reunían y se reúnen a beber y a discutir, y que destilaban, sobre todo los domingos, por su única puerta, una tufarada de sardina frita, de atún guisado con cebolla, y de música de acordeones.

Dios Señor en el nuestro, nombre del Padre, del Hijo y del Espirítu Santo. Amen. Inchiñ in Chao, huenumeuta, m'leymi; ufchingepe mi wi. Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Eymi mi toquin inchiñmo cupape, eymi mi piel chumgechi vemgey huenu mapumo, vemgechi cay vemengepe tue mapumo.

Lúzaro tiene una salida al mar bastante estrecha y una playa de arena muy movediza. El puerto se ha agrandado en mi ausencia; hoy, la escollera de Cay luce avanza mucho; va paralelamente al barrio de pescadores, y termina en el Rompeolas.