United States or Saint Pierre and Miquelon ? Vote for the TOP Country of the Week !


Dentro de veinte minutos estarán aquí tres hombres que se proponen asesinarlo a usted. Tres... ¿Los tres aquellos? , tiene usted que partir antes de que lleguen. De lo contrario perecerá usted esta noche... O perecerán ellos. ¡Escúcheme usted! Una vez asesinado llevarán su cuerpo a uno de los barrios bajos de la ciudad, donde lo descubrirán.

Si es para asesinarlo le dije me parece absurdo. Aunque llevara usted luego su pelleja al Ministerio de la Gobernación, no creo que el asesinato de un intelectual pudiese producirle siquiera lo necesario para cubrir gastos. Los intelectuales, en este país, se cotizan a menos que los conejos.

¡Oh, Ra-Ra! dijo con voz tenue . ¡Cómo deseaba verte! Adivinando los propósitos de su visitante, lo puso sobre la palma de su mano derecha, elevándole después hasta su rostro. Ra-Ra se tendió sobre esta meseta de carne y hueso, y apoyando su cara en ambas manos, habló al Gentleman-Montaña: Popito le avisó á usted hace días que algunos de estos hombres que le rodean proyectan asesinarlo.

No bien se recibe Rosas del Gobierno en 1835, cuando declara, por una proclamación, que los impíos unitarios han asesinado alevosamente al ilustre general Quiroga, y que él se propone castigar atentado tan espantoso, que ha privado a la Federación de su columna más poderosa. ¡Qué!... decían abriendo un palmo de boca los pobres unitarios al leer la proclama ; ¡qué!... Los Reinafé, ¿son unitarios? ¿No son hechura de López? ¿No entraron en Córdoba persiguiendo el ejército de Paz? ¿No están en activa y amigable correspondencia con Rosas? ¿No salió de Buenos Aires Quiroga con solicitud de Rosas? ¿No iba un chasque delante de él, que anunciaba a los Reinafé su próxima llegada? ¿No tenían los Reinafé preparada de antemano la partida que debía asesinarlo?... Nada; los impíos unitarios han sido los asesinos, ¡y desgraciado el que dude de ello!... Rosas manda a Córdoba a pedir los preciosos restos de Quiroga, la galera en que fué muerto, y se le hacen en Buenos Aires las exequias más suntuosas que hasta entonces se han visto; se manda cargar luto a la ciudad entera.

Sin embargo, no se mata a un hombre, por lo general, a la plena luz del día, con el fin de cometer un robo, que cualquier ratero hábil lo puede hacer sin recurrir a ese medio. Además, si sus enemigos o rivales sabían lo que era o conocían la costumbre que tenía de llevarlo siempre consigo, habrían podido apoderarse de él fácilmente sin asesinarlo.

Hacia el mismo tiempo, hecho prisionero por los realistas, Bernardo Bermudez habia sido fusilado por órden de Cervéris; pero recogido con vida el mismo jefe mandaba asesinarlo en su propio lecho al tener noticia de la victoria alcanzada por Mariño, quien luego añadió á este lauro el de la toma de Barcelona.

Con ayuda de su milagroso protector, logra asistir de incógnito á una fiesta brillante de la corte y atraerse en ella el favor de la Reina; pero Roberto, á su vez, proyecta asesinarlo para librarse de este rival, y el amenazado de muerte escapa también ahora por la intervención de Lidoro, que toma la forma de Don Juan y recibe en su pecho el hierro asesino.

Prófugo del presidio, hacía una semana que se encontraba en Lima; y desde su regreso no cesó de acechar en el templo al virrey, buscando ocasión propicia para asesinarlo. Aquella misma noche se encomendó la causa al alcalde don Rodrigo de Odría, y tanta fué su actividad que, ocho días después, el cuerpo de Villegas se balanceaba como un racimo en la horca.