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Actualizado: 24 de junio de 2025
Los faroleros realizan a la carrera una tarea de resultados extraños, pues al apagar la luz de los faroles entregan el campo a la más franca irradiación de la indecisa luz con que el día se anuncia.
Sin embargo, había oído á menudo citar á mi alrededor á la torre d'Elven, como una de las ruinas más interesantes del país, y jamás había recorrido ninguno de los dos caminos que de Rennes ó de Joselyn se dirigen hacia el mar, sin contemplar con ávida mirada esa masa indecisa, que se ve sobresalir en medio de los lejanos eriales como una enorme piedra levantada; pero el tiempo y la ocasión me habían faltado.
Y ambos movieron la cabeza con urgencia; hicieron con ella un balance para cazar la visual del adversario, pero ¡oh, contratiempo! Una mirada vaga e indecisa, de la cual tenía yo una vaga idea, recorría la fila de los palcos sin detenerse en los brillantes de mi tía, y el saludo fue un saludo en el vacío. Mi tío tosió para disimular el contratiempo.
Buenas noches, pequeño mío. Todos te abandonan, todos te olvidan. La vida es así.... Pero no temas; tu abuela no te dejará nunca. Aquí me tendrás todas las noches.... ¡todas las noches! La noticia empezó á circular después de mediodía, vaga é indecisa. «¡La paz! ¡Acaba de ajustarse la paz!» Pero tantas veces se había dicho esto mismo, sin verlo realizado luego, que la vieja no creyó la noticia.
Sobre las nubes grises ningún ave tendía las alas. Había una infinita melancolía de desierto en la mansedumbre apacible del atardecer. Se apagaba el día en una quietud, en una soledad como de tumba sin flores ni plegarias. El cielo, bajo, inmóvil, deslucido, daba la impresión indecisa de un alma sin anhelos, de un corazón sin latidos.
Ello es que enjugué mis lágrimas, bajé la cabeza con lentitud y suavidad, y sin rozar apenas con los labios, besé sus mejillas sonrosadas. »Por fortuna se realizó en mí la reacción. El ultraje recibido se ofreció a mi espíritu. Me llené de rubor. Tuve vergüenza; tuve asco de mi flaqueza. »La idea de matar a Beatriz me solicitó de nuevo la voluntad indecisa. Empuñé el hierro nuevamente.
Mientras las apariencias demuestran que la patrona se ha matado, hay quien asegura que ha sido asesinada. Nadie mejor que usted puede ayudar a la justicia a descubrir la verdad. Usted creía que ella misma se había quitado la vida: ahora que conoce usted la acusación, ¿no duda usted? La mujer juntó las manos, indecisa, confusa. ¡Qué podría decir yo, señor!... ¡Esto es espantoso!... Yo no sé.
Después, más esfumada, más indecisa, la cara de la dulce compañera, de Sagrario, contemplándole con ojos llorosos de inmensa pena, besándolo con la mirada, sin que la intimidasen los hombres negros y las armas que la rodeaban.
Densísima niebla lo envolvía todo. En la vaga penumbra del crepúsculo sólo se percibía la forma indecisa del bajel apresado, como negro bulto que se destacaba sobre un fondo de color de ceniza. Ni los cercanos montes de la costa, ni las pálidas y moribundas estrellas, ni mar ni cielo se percibían con claridad. Si algo se vislumbraba era como a través de muy tupido velo.
Catalina siguió durante algún tiempo indecisa; era evidente que luchaba contra un sentimiento doloroso; pero de pronto exhaló un profundo suspiro; acercó la boca al oído del intendente, y balbució con voz agitada: ¡Vos lo habéis querido! Me arrancáis el secreto de mi desgraciada amiga... Pues bien, sí, os ama, piensa en vos, y ese amor irresistible es la causa de su pena.
Palabra del Dia
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