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Actualizado: 30 de abril de 2025
En todo lo que á Filipinas se refiere, debe obrarse con rapidez y energía, poniendo aquel Ejército en condiciones de que el nombre español sea respetado en las sangrientas luchas llamadas á derrumbar la rutinaria civilización de aquellos pueblos, nuestros vecinos en el extremo Oriente, pues si bien es verdad que dadas las condiciones especiales del natural de aquel país y su numerosa población, no sería obra difícil reunir crecido número de soldados cuando las circunstancias lo exigiesen, no es menos cierto que allí se carece en absoluto de armamento y de personal directivo, cosas ambas que no se pueden improvisar, y mucho menos teniendo en cuenta la rapidez con que hoy se ejecutan las operaciones de guerra y la enorme distancia que separa á las Filipinas de la Península.
El mundo visible se sulfuró, y, por una reacción violenta, Dujardin los redujo á la última expresión de sencillez. Según él, esos pretendidos órganos sólo lo son en la apariencia. No pudiendo negar, sin embargo, su fuerza de absorción, les concede el don de improvisar á cada momento, estómagos al caso, y del grandor de las partículas que quieren tragarse.
Continuaba la gran batalla cerca de París. Tenían que improvisar alojamientos para la nueva remesa de carne destrozada. Desnoyers volvió á los jardines cercanos á la gruta. Su paseo era para entretener el tiempo. Pensaba regresar á Pau aquella noche: nada le quedaba que hacer en Lourdes. ¿Adonde dirigiría luego sus investigaciones?...
Tan poco, señor, que me creo enteramente incapaz de improvisar dos frases en público. ¡Hum! no es eso precisamente á lo que puede llamarse vocación para orador; será preciso dirigirse á otro lado, pero la materia exige más amplias reflexiones. Por otra parte, veo que está usted fatigado. Tome los papeles que le suplico examine á su satisfacción. Tengo el gusto de saludarle.
Me parece que a estas horas ya lo ha visto claro. Tristán le abrazó riendo. Una porción de amigos de última hora acompañaron al autor hasta su casa en unión de Reynoso y de García. Este hubiera querido organizar una procesión nocturna con hachas de viento como las que solía improvisar la empresa en los triunfos de Estévanez, pero el percance de la detención había hecho abortar su idea.
Al lavarse en una palangana estudiantil, angosta y pobre, Febrer tuvo un gesto de tristeza. «¡Ah, miseria!...» Le faltaban las más rudimentarias comodidades en aquella casa de un lujo señorial y vetusto que los ricos modernos no podían improvisar.
Las poesías de amor son para compuestas a solas y para leídas con recogimiento. Haz tantas poesías como se te antoje, pero por escrito; luego me las das para que yo las lea en secreto. Ahora que, pues posees ese don inapreciable y fuera de lo común de improvisar como quien bosteza, no es justo, ¡qué ajo!, que en ocasiones sonadas no hagas gala de él y dejes aturulados a quienes te oigan.
Con la cabeza siempre apoyada en los brazos comenzó a canturrear una estrofa de su invención, que era una alabanza disparatada a sus méritos: «Yo soy Juaniyo Gallardo... con más c...oraje que Dió.» Y no pudiendo improvisar más en su honor, repetía y repetía las mismas palabras con voz ronca y monótona, que alteraba el silencio y hacía ladrar a un perro invisible en el fondo de la calle.
Todos comían mucho, menos don Pompeyo, a quien la emoción apretaba la garganta. Desde el segundo plato comenzó a atormentarle un cuidado. «Estoy, pensó, en el ineludible compromiso de brindar; tengo que improvisar un discurso». Y ya no comió bocado que le aprovechase. Oía hablar como quien oye llover: sonreía a derecha e izquierda, contestaba con monosílabos, pero él pensaba en su brindis; las orejas se le convertían en brasas y a veces sentía náuseas y temblor de piernas. En resumidas cuentas, estaba pasando un mal rato.
Unas pasajeras de Río tecleaban en el piano del salón y buscaban romanzas en los montones de partituras, ganosas de lucir sus habilidades ante las gentes que venían de Europa. Algunos jóvenes hablaban de improvisar un concierto, una fiesta íntima. El cielo se había aclarado; lucían las estrellas entre harapos de nubes en fuga; las rugosidades del Océano eran cada vez menos sensibles.
Palabra del Dia
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