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Actualizado: 26 de junio de 2025


Mirar a la luna medio minuto seguido era romanticismo puro; contemplar en silencio la puesta del sol... ídem; respirar con delicia el ambiente embalsamado del campo a la hora de la brisa... ídem; decir algo de las estrellas... ídem; encontrar expresión amorosa en las miradas, sin necesidad de ponerse al habla... ídem; tener lástima de los niños pobres... ídem; comer poco... ¡oh! esto era el colmo del romanticismo.

Mas yo no pensaba semejante cosa, porque llegaba al colmo de la satisfacción, cuando le veía agitarse en la silla, desgreñarse los cabellos con desesperación, y embadurnarse la nariz con rapé, olvidándose de todas las reglas del aseo, olvido que no se producía sino en los casos serios. Con todo, si hubiese sido por él solo, creo que hubiera resistido muchas veces al demonio tentador.

Para él, el colmo de su felicidad sería ver aparecer á sus pies mismo un lago de agua fresca, en el cual pudiera al mismo tiempo que calmar su sed, refrescar su cuerpo, y tal es la intensidad de su deseo, que transforma su ensueño en una imagen visible.

Harto yo lo que son mujeres, ¿Le gusta a usted? Bueno..., pues usted ¡a ella! y nosotros tan amigos como antes. Don Juan, en el colmo del asombro, exclamó: ¿Que no le importa a usted? Absolutamente nada. Pausa de unos segundos: el amo hace seña al criado, y éste echa Jerez en la copa grande de don Quintín. El diálogo continúa del siguiente modo: Me deja usted espantado.

¡, , huyamos! exclamó Elena apretando sus labios con frenesí contra los de su esposo. Pero repentinamente quedó inmóvil con los ojos extáticos. ¿Y Clara que llega mañana? ¿Clara? preguntó Reynoso en el colmo de la sorpresa. Entonces su esposa le dio cuenta de la desgracia que sobre aquélla pesaba y de la firme resolución que había manifestado de alejarse para siempre de su marido.

De aquí la envidia que le tenían los otros novicios y especialmente los franceses. Tratábanle con desdén, le hacían mil burlas y hasta le dirigían improperios, que él sufría con resignación evangélica. Por esto le llamaban Plácido. En aquella ocasión la envidia de los otros novicios había llegado a su colmo. Plácido acababa de alcanzar brillante triunfo.

Acaso por esta razón fueron más animadas las fiestas; y en el último día, cuando la embriaguez llegó a su colmo, dió el cacique rienda suelta a su enojo con estas palabras: Nuestros padres hacían sus libaciones en copas de oro, y nosotros, hijos degenerados, bebemos en tazas de barro.

»Tan grande era el terror que experimentaba al ver acercarse la tempestad, que no acertaba a pronunciar una palabra. Para colmo de humillación, Teobaldo, que acababa de llegar, entró en el salón. Mi tío le informó de lo que se trataba. »Hela aquí dijo, tomando la carta, que Carlos tenía en la mano; he aquí la discípula de usted, que nos va a leer su traducción.

Desde alli, y no como, fui traido Adonde vi al gran DUQUE DE PASTRANA Mil parabienes dar de bien venido: Y que la fama en la verdad ufana Contaba que agradó con su presencia, Y con su cortesia sobrehumana: Que fue nuevo Alexandro en la excelencia Del dar, que satisfizo á todo quanto Puede mostrar real magnificencia: Colmó de admiracion, llenó de espanto.

Durante los cuatro años que en esa República permaneció, fue Director de La Revista Universal, la cual se escribía a veces desde el fondo hasta las gacetillas; conferencista en el Liceo Hidalgo y en otras Sociedades; autor dramático en los principales teatros. Los trabajadores de Chihuahua lo nombraron Diputado al Congreso de Obreros y el Gobierno lo colmó de atenciones a cada instante.

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