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Actualizado: 26 de julio de 2025


Todos los sitiados pensaban lo mismo; pero lo que colmó su desesperación fue ver de repente una larga fila de cosacos desembocar en el valle de Charmes a galope tendido, con el loco Yégof a la cabeza, volando como el viento; su barba, la cola de su caballo, su piel de perro y su roja cabellera hendían el aire. El loco miraba hacia la peña y blandía la lanza por encima de su cabeza.

Pero en fin, ¿está en casa? preguntó al cabo, un poco molesto de aquella risa inmotivada. ¡Pues no ha de estar, señor! ¡A estas horas no ha de estar! exclamó la primera en el colmo de la sorpresa. D. Godofredo no sale nunca después de almorzar dijo otra. Espera a D. Jeremías para tomar café. No hace más que un momento que ha llegado manifestó la última. ¡Ah! ¿Tiene visita?

Creo, señor cura, que es usted tan insoportable como mi nieta... ¿Cree usted? preguntó el cura con una de esas buenas sonrisas de que él tiene el secreto. Y yo que me hacía ilusiones... La abuela movió la cabeza con expresión de duda, lo que puso el colmo a la alegría del cura, pues es éste tan feliz como un rey cuando puede contrariar a la abuela.

A todos les parece el colmo de lo absurdo trabajar de memoria. Y, sin embargo, entre los grandes artistas de los pasados siglos esto era lo corriente. Rubens no pudo haber tenido modelos para los millares de figuras que ha pintado. La prueba de que pintaba de memoria hasta los paisajes es que existe uno suyo en el cual la luz procede de dos sitios contrarios, lo cual es absurdo.

Tía Pepa, siempre tan parladora, enmudeció como los pajarillos del corredor, silenciosos y tristes a la sazón por el cambio de pluma; la enferma nos parecía más abatida que de ordinario, y Angelina salía y entraba, arreglando los equipajes, mustia y cabizbaja. No cómo pude trabajar durante ese tiempo. Para colmo de males tuvimos quehacer de sobra en el despacho.

»A imitación nuestra, otros muchos de los pretendientes de Leandra se han venido a estos ásperos montes, usando el mismo ejercicio nuestro; y son tantos, que parece que este sitio se ha convertido en la pastoral Arcadia, según está colmo de pastores y de apriscos, y no hay parte en él donde no se oiga el nombre de la hermosa Leandra.

»¡Oh, Magdalena! ¡amada mía! ¡Qué bien retratan su alma esas palabras! »El doctor, en lugar de reprendernos, nos colmó de besos. Aquella pobre viuda, después de obtener informes de ella, quedó colocada en la granja de Maursan, en donde hoy hay tres corazones más que ruegan a Dios por el alma de nuestra querida Magdalena.

Cualquiera otro héroe, no atormentado del dolor más acerbo, hubiera tenido por altamente dichoso el éxito de aquella jornada y se hubiera enorgullecido de las distinciones honrosas de que colmó Babur a Miguel de Zuheros cuando este llegó a su presencia.

Aquel silencio y aquella soledad elevaron hasta el colmo el sentimiento súbito que me venía de la vida, de su grandeza, de su plenitud y de su intensidad. Recordé lo que había sufrido, entre las multitudes o en mi casa, siempre aislado y sintiéndome perdido, en la medianía, y continuamente abandonado.

Pensó en D. Juan Nepomuceno, y hasta entró en casa una noche con el propósito de pedirle cinco mil reales. «, no cabía duda, hubiera sido el colmo del heroísmo. Yo le he prometido a usted devolverle mil reales a las veinticuatro horas de recibidos, ¿eh? ¿No es eso? Pues bien; aquí me presento, a los ocho días, no a entregar esos cincuenta duros, sino a pedir cinco veces otro tanto». ¡Absurdo!

Palabra del Dia

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