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Pocos son los individuos, todavía salvages, que se encuentran en los lugares primitivamente ocupados por esta nacion, cuyo número es bastante limitado: en el Cármen de Moxos hay trecientos cuarenta; en Concepcion de Chiquitos, como setecientos; y, si debe darse al decir de los naturales, el número de individuos todavía salvages alcanza á trecientos.

Entre iniqua gente puesto, Fabricadora de engaños. Calla vieja, mala pieza, Sino quieres por mas mengua, Que lo que dice tu lengua Venga á pagar tu cabeza. Destotro hay quién mas, Que es mas bello y mas lozano, Que no su pequeño hermano? , por quanto le darás? No os he dicho, que trecientos Escudos de oro por cuenta? Quiés ducientos y cinquenta? Eso es dar voces al viento.

-Y cuando lleguemos a esa leña que vuestra merced dice -preguntó Sancho-, ¿cuánto habremos caminado? -Mucho -replicó don Quijote-, porque de trecientos y sesenta grados que contiene el globo, del agua y de la tierra, según el cómputo de Ptolomeo, que fue el mayor cosmógrafo que se sabe, la mitad habremos caminado, llegando a la línea que he dicho.

Uno dellos le respondió: -Señor, nosotros somos dos capitanes de infantería española; tenemos nuestras compañías en Nápoles y vamos a embarcarnos en cuatro galeras, que dicen están en Barcelona con orden de pasar a Sicilia; llevamos hasta docientos o trecientos escudos, con que, a nuestro parecer, vamos ricos y contentos, pues la estrecheza ordinaria de los soldados no permite mayores tesoros.

El soldado y la señora doña Tomasa, que también habían regalado al Alguacil, por más protestas que le hicieron entonces, no le pudieron poner en razón, y ya a estas horas estaban los dos camaradas tan lejos dellos, que habían llegado al río y al Pasaje , que llaman, por donde pasan de Sevilla a Triana y vuelven de Triana a Sevilla, y, tomando un barco, durmieron aquella noche en la calle del Altozano, calle Mayor de aquel ilustre arrabal, y la Vitigudino y su galán se fueron muy desairados a lo mismo a su posada, y el Alguacil a la suya, haciendo mil discursos con sus trecientos escudos, y el Cojuelo madrugó sin dormir, dejando al compañero en Triana, para espiar en Sevilla lo que pasaba acerca de las causas de los dos, revolviendo de paso dos o tres pendencias en el Arenal .

Levántate, por tu vida, y desvíate algún trecho de aquí, y con buen ánimo y denuedo agradecido date trecientos o cuatrocientos azotes a buena cuenta de los del desencanto de Dulcinea; y esto rogando te lo suplico, que no quiero venir contigo a los brazos, como la otra vez, porque que los tienes pesados.

El Cojuelo se fué tras ellos, y la Academia se malogró aquella noche, y murió de viruelas locas. El Cojuelo, arrimándose al Alguacil, le dijo aparte, metiéndole un bolsillo en la mano, de trecientos escudos: Señor mío, vuesa merced ablande su cólera con este diaquilón mayor, que son ciento y cincuenta doblones de a dos.

Emancipadas las Américas, la administracion de correos de Manila empezó á entenderse directamente con la direccion jeneral de Madrid, y poco despues de esta época, se aumentó al administrador en Filipinas un abono de trecientos pesos por razon de casa y cien pesos para un escribiente, únicos gastos de la renta; y que si se querian garantir mas sus ingresos, con solo añadir un interventor al tanto por ciento igualmente, estaba hecho cuanto se podia apetecer para mayor seguridad de sus fondos.

Han quedado tan pocos de esta nacion, que casi no pueden levantar trecientos soldados, haciendo solo una especie de guerra pirática en pequeñas partidas, excepto cuando estan auxiliados de sus vecinos los Picunches, Peguenches y Diviheches, y aun entonces no pueden poner en campaña mas de 500 hombres. Esta nacion y la de los Diviheches son conocidos por los españoles, con el nombre, de Pampas.

Ninguno cautivaron sano de trecientos que quedaron vivos, señal cierta y clara de su esfuerzo y valor, y de lo bien que se habían defendido y guardado sus plazas. Rindióse a partido un pequeño fuerte o torre que estaba en mitad del estaño, a cargo de don Juan Zanoguera, caballero valenciano y famoso soldado.