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Actualizado: 3 de mayo de 2025
A ti digo ¡oh varón, como se debe por jamás alabado!, a ti, valiente juntamente y discreto don Quijote, de la Mancha esplendor, de España estrella, que para recobrar su estado primo la sin par Dulcinea del Toboso, es menester que Sancho, tu escudero, se dé tres mil azotes y trecientos en ambas sus valientes posaderas, al aire descubiertas, y de modo que le escuezan, le amarguen y le enfaden.
Creía firmísimamente que un año tiene trecientos sesenta y cinco dias y un quarto, contra lo que enseñaba la moderna filosofía de su tiempo, y que estaba el sol en el centro del mundo; y quando los principales magos le decian en tono de improperio, y mirándole de reojo, que sustentaba principios sapientes haeresim, y que solo un enemigo de Dios y del estado podia decir que giraba el sol sobre su exe, y que era el año de doce meses, se callaba Zadig, sin fruncir las cejas ni encogerse de hombros.
Y, apartando a Sancho entre unos árboles del jardín y asiéndole ambas las manos, le dijo: -Ya vees, Sancho hermano, el largo viaje que nos espera, y que sabe Dios cuándo volveremos dél, ni la comodidad y espacio que nos darán los negocios; así, querría que ahora te retirases en tu aposento, como que vas a buscar alguna cosa necesaria para el camino, y, en un daca las pajas, te dieses, a buena cuenta de los tres mil y trecientos azotes a que estás obligado, siquiera quinientos, que dados te los tendrás, que el comenzar las cosas es tenerlas medio acabadas.
Sus orillas se ven guarnecidas bien construido los Baures un número de canoas, suficiente para llevar á cabo esta espedicion, se encaminaron al indicado lugar, donde encontraron algunos centenares de indios, resto de la nacion tapacura, sometida por los Jesuitas en Concepcion de Chiquitos; y llevando consigo de grado ó por fuerza doscientos individuos, los juntaron con noventa y cinco familias de Concepcion de Moxos, las que componian un total de trecientos catorce Baures, creando con esta poblacion mixta el pueblecillo del Cármen.
Hízolo así don Quijote, pareciéndole que las razones de Sancho más eran de filósofo que de mentecato, y díjole: -Si tú, ¡oh Sancho!, quisieses hacer por mí lo que yo ahora te diré, serían mis alivios más ciertos y mis pesadumbres no tan grandes; y es que, mientras yo duermo, obedeciendo tus consejos, tú te desviases un poco lejos de aquí, y con las riendas de Rocinante, echando al aire tus carnes, te dieses trecientos o cuatrocientos azotes a buena cuenta de los tres mil y tantos que te has de dar por el desencanto de Dulcinea; que es lástima no pequeña que aquella pobre señora esté encantada por tu descuido y negligencia.
En la memoria citada, despues de comentarse prácticamente el progresivo y considerable aumento de las rentas en Filipinas, con pago de gruesas cantidades por deudas atrasadas de mas de 40 años, y despues de dejar cubiertas todas las atenciones, cargas y obligaciones del tesoro, habia en él totalmente libres en aquella fecha muy cerca de un millon de pesos fuertes en existencia metálica, y los almacenes, fábricas &c., contenian un repuesto de 275,000 fardos de tabaco, que considerados en venta por su mas ínfimo valor, debian producir la no despreciable suma de »cuatro millones, ciento catorce mil ochocientos diez y seis pesos fuertes, ó sean ochenta y dos millones, doscientos noventa y seis mil trecientos veinte reales vellon."
Resulta pues que el total de la nacion entera es de mil trecientos cincuenta individuos. Los Chapacuras son bondadosos en estremo, al mismo tiempo que muy sociables y mas que todo hospitalarios para con los estrangeros. Obedientes hasta el servilismo se han sometido fácilmente á la conversion, observando con humildad todas las reglas de las misiones.
Hemos estado en la cueva de Montesinos, y el sabio Merlín ha echado mano de mí para el desencanto de Dulcinea del Toboso, que por allá se llama Aldonza Lorenzo: con tres mil y trecientos azotes, menos cinco, que me he de dar, quedará desencantada como la madre que la parió. No dirás desto nada a nadie, porque pon lo tuyo en concejo, y unos dirán que es blanco y otros que es negro.
Noticia del camino cierta ha dado; Por donde caminando con buen tino, La tierra adentro entraron muy gozosos, Mas de los naturales recelosos. No quiero referir la gran miseria, Trabajos, infortunios que sufrieron En aqueste camino, y su lazeria, Y hambre y sed que todos padecieron. Pues vemos no murió en aquella feria Alguno de trecientos que allá fueron.
Echó una pierna, levantóse; tratamos largo en mis cosas, y tuve harto trabajo por ser hombre tan borracho y rústico. Al fin lo reduje a que me diese noticia de parte de mi hacienda aunque no de toda , y así, me la dio de unos trecientos ducados que mi buen padre había ganado por sus puños y dejádolos en confianza de una buena mujer, a cuya sombra se hurtaba diez leguas a la redonda.
Palabra del Dia
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