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Enfurécese sobremanera por esta causa Pedro, hijo de Don Alonso de Guzmán, y mancebo de unos catorce años; pero su padre, siempre leal, no exhala la menor queja, protestando sólo ante el Rey con frases calurosas del amor y del profundo respeto que le profesa. Don Sancho, dando oídos á calumniosas insinuaciones, lo destierra de Sevilla y de sus cercanías.

Causaba lágrimas de consuelo el oirle a ésta con tanto agrado, devoción y dulzura sacrificar a JESUCRISTO su juventud, sus prendas, sus hijos y su vida: protestando, que sentía en el alma no poderla perder mil veces, en desagravio de las ofensas, que reconocía haber hecho a su Redentor, cuyo perdón esperaba, por los méritos de su sangre y por la intercesión del amparo de pecadores MARIA, cuyo tierno amor, decía, que nunca había podido arrancar de su corazón.

Mientras tanto, las dos llevaban á todas partes al teniente, protestando de que no le permitieran entrar con ellas en los salones del Casino, á causa de su uniforme. Una tarde, doña Clorinda, con toda la autoridad de su carácter, lo llevó á Villa-Sirena. Era una vergüenza que el hermoso edificio y sus vastos jardines estuviesen dedicados á cinco hombres que no servían de nada á la humanidad.

Carmen se demostraba celosa de aquella amistad e interrumpía las pláticas de Adriana y Laura protestando: Hemos tenido la dicha de encontrar este encanto de amiga y te la quieres acaparar como si fuese únicamente tuya.

Esto le hizo creer que estaba protestando de la ceremonia presente, de que el pobre gigante hubiese sido conducido á la capital; en una palabra, de todo lo hecho por el Consejo Ejecutivo y de cuanto pensase hacer. Pero las observaciones del profesor fueron interrumpidas repentinamente por el principio de la ceremonia.

El capitán se movía con hostil nerviosidad, protestando de la tardanza del cochero. Adivinábase que los hermanos acababan de sostener una discusión violenta. El mayor miró a su hija, miró a Jaime, y pareció serenarse al adivinar que los dos se habían entendido. Don Benito y Catalina les acompañaron hasta el carruaje. El asmático cogió una mano de Febrer entre las suyas con vehemente apretón.

Hablamos un largo rato y convinimos en que mañana volvería para recibir mis últimas disposiciones. Salvador se agitó en su silla protestando: Pero, Dios mío, acabará usted por matarse con esa ansiedad.

Recuerdo que cuando escribí esta composicion ahora muchos años, el plan me fué sugerido por la lectura de unas estrofas que desde entonces no he vuelto á leer, y que adoptando la ingeniosa idea de hacer una declaracion de amor, protestando que no se tenia tal intencion, procuré vestirla con imágenes y pensamientos originales. He olvidado el nombre del autor.

Y mientras llegaba el vistoso regalo, iba estrechándose la intimidad; y el «novio» hacía empréstitos a su amiga; y si no tenía dinero, la empeñaba una joya; y a impulsos de la confianza, iba guardándose lo que encontraba al alcance de su mano, y cuando ella pretendía salir del ensueño amoroso, protestando de tales libertades, el buen mozo demostraba la vehemencia de su pasión y volvía por sus prestigios de héroe legendario dándola una paliza.

El saludable efecto de sus palabras se desvaneció rápidamente, y recaí en mis negros pensamientos: mi tío, protestando siempre contra las mujeres, las sobrinas, sus cabecitas flojas y sus caprichos, hablaba de conducirnos a París para distraerme, cuando felizmente se precipitaron los acontecimientos.