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No ha media hora, ni aun un mediano momento, que me vi señor de reyes y de emperadores, llenas mis caballerizas y mis cofres y sacos de infinitos caballos y de innumerables galas, y agora me veo desolado y abatido, pobre y mendigo, y, sobre todo, sin mi mono, que a fe que primero que le vuelva a mi poder me han de sudar los dientes; y todo por la furia mal considerada deste señor caballero, de quien se dice que ampara pupilos, y endereza tuertos, y hace otras obras caritativas; y en solo ha venido a faltar su intención generosa, que sean benditos y alabados los cielos, allá donde tienen más levantados sus asientos.

Cierto; él solo atropella la masa de infantería; voltéanle el caballo, se endereza, vuelve a cargar su amo; mata, hiere, acuchilla todo lo que está a su alcance, hasta que caen caballo y caballero traspasados de balas y bayonetazos, con lo cual la victoria se decide por la infantería.

La Policía hace entrar sus satélites a la habitación misma de Quiroga en persecución del huésped de la casa, y Facundo, que se ve tratado tan sin miramiento, extiende el brazo, coge el puñal, se endereza en la cama donde está recostado, y en seguida vuelve a reclinarse y abandona lentamente el arma homicida.

Sobre el piso endurecido por el hielo resuena claramente el trotecillo irregular de la caza; entonces el cazador se estremece, se endereza, afianza en tierra la rodilla, apoya la escopeta en el hombro derecho, inclina el rostro y palpa nerviosamente el gatillo antes de apretarlo.

Y yo también dijo Ricardo, podríamos ir a salirle al encuentro; ¿qué les parece? Vamos, la tarde está fresca. ¡No ve! Don Melchor: ahí endereza a la tranquera, ¿quién será?... Ahora lo sabremos, vamos. El grupo se dirigió al encuentro del coche que visiblemente se dirigía a la «Celia». Viene del pueblo, don Melchor... de la cochería de Gaspar, ¿sabe?... y viene con una persona... dijo Baldomero.

Cuando chocan en el vértice dos corrientes de aire, ardiente una y fría otra, la nube súbitamente formada se endereza y se arremolina en el cielo: la montaña es un volcán, y el vapor se escapa incesantemente de ella con una especie de furor para ir á replegarse en la lontananza celeste, formando inmensa curva.

¡Válame Dios! -dijo la sobrina-. ¡Que sepa vuestra merced tanto, señor tío, que, si fuese menester en una necesidad, podría subir en un púlpito e irse a predicar por esas calles, y que, con todo esto, en una ceguera tan grande y en una sandez tan conocida, que se a entender que es valiente, siendo viejo, que tiene fuerzas, estando enfermo, y que endereza tuertos, estando por la edad agobiado, y, sobre todo, que es caballero, no lo siendo; porque, aunque lo puedan ser los hidalgos, no lo son los pobres!

Pues debe con el vino rociarse El sacro fuego, dad aca ese vino, Y el incienso tambien que ha de quemarse. Rocian el fuego, y á la redonda con el vino, y luego ponen el incienso en el fuego, y dice el Al bien del triste pueblo Numantino Endereza, ó gran Jupiter, la fuerza Propicia, del contrario amargo signo.

La muchacha no contestó nada. Después de una pausa, dijo: ¡Divino Dios! Eso es imposible. Imposible no, aunque difícil. El ingeniero director de las minas ha dado esperanzas al padre de mi amo. ¿D. Carlos Golfín? , señor. D. Carlos tiene un hermano médico que cura los ojos, y, según dicen, da vista a los ciegos, arregla a los tuertos y les endereza los ojos a los bizcos. ¡Qué hombre más hábil!

Considerando atentamente lo que llevamos explicado, es por demas entretenernos en dar reglas para las buenas divisiones; pues todo lo dicho se endereza á que estas se hagan con la exâctitud que prescribe la buena razon; y el advertir que los miembros de la division deben llenar el todo diviso, y que deben estos mismos excluirse entre , de modo que el uno no se contenga en el otro, son cosas tan claras que á qualquiera se le ofrecen con mediana atencion, sin necesitar de exemplos, ni explicaciones.