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Actualizado: 16 de octubre de 2025
No vacila, sin embargo, en cumplir su palabra: comienza la lid; el Conde es desarmado, y confiesa que ha levantado la calumnia contra la Duquesa por vengarse del desdén, con que acogiera su amor; pero á consecuencia de este acontecimiento, el Duque amenaza con su cólera al calumniador vencido, á quien defiende Rodrigo, correspondiendo de esta manera á los favores que le debe.
Sólo puedo daros una descripción incompletísima; yo sólo puedo deciros que era una joven de veinte años, alta, esbelta, admirablemente formada, con ojos negros, grandes, brillantes, hermosos hasta lo infinito; frente blanca, tersa, pura como el marfil; vamos: es imposible, lo veo: a una mujer hermosa se la pinta, no se la describe, y aún pintándola, por más que el retrato sea obra de un gran artista, sólo tendréis el remedo, porque faltará allí la vida; porque una fisonomía no se reproduce en un solo rasgo, en una sola manifestación; porque no pueden fijarse, reproducirse las ondulaciones del alma; esa sonrisa a la que sucede una gravedad triste, esa mirada anhelante que vacila y tiembla delante de vuestra mirada y se aparta de vos para volver a buscaros, ya más serena más cauta, rehecha de la primera impresión; esa boca entreabierta y pura que deja escapar un hálito ardiente y entrecortado; ese seno que se alza y se deprime obedeciendo a ese hálito; no, no; el pintor sólo puede reproducir el alma en un momento dado, y el alma, que es la luz del semblante, no se reproduce, no se manifiesta en una sola sensación... es imposible que yo pueda daros una idea de Amparo.
Acto cuarto: Los ministros aconsejan al rey que apresure la ejecución de Inés. Esta aparece ante el trono con sus hijos, pide justicia y compasión, y cae en tierra desmayada, después que acaba sus súplicas. El rey vacila, y dice que él se lava las manos de esta muerte, y que la deja al arbitrio de sus ministros. El coro cuenta después la ejecución de su horroroso suplicio.
Los males de la cabeza no tienen nada de agudos; son dolores sordos, presivos, como de estremecimiento y adormecimiento; la cabeza está atontada, pesada y con sensacion como de vacío; hay vértigos acompañados de distintas circunstancias; se esperimenta dificultad para ver, se vacila; pero un esfuerzo de la inteligencia, un acto de la voluntad, tonifican el cerebro y hacen cesar el vértigo; tambien se le hace cesar girando rápidamente la cabeza, movimiento que acumula mayor cantidad de sangre.
Los encantos de la Princesa lo impresionan de tal modo, que vacila ya, y no siente su anterior aversión al matrimonio; pero como para él son todas las mujeres falsas y desleales, resuelve probar antes á la Princesa, y encarga á su hermano que apure su ingenio para decidirla á aceptar una cita vituperable.
Emprende su marcha para libertar á Córdoba; pero en el camino vacila, duda, reune sus alcaides, oye su consejo, y abandonando á sus propios vasallos, se dirige á socorrer á los agenos . ¿Qué hace Fernando?
Vacila y tiene que apoyarse en una columna para no caer; y ruega a Franz Maas, que vuelve en ese momento con Gertrudis, que sirva de caballero a su cuñada por media hora porque tiene necesidad de salir, de respirar el aire puro... Sale a la noche clara y fresca, en contraste con ese local cálido, cargado de vapores, donde un par de arañas llenas de bujías esparcen un humo intolerable.
El motor de todo esto, ora todo esto sea eterno, ora haya sido creado por el motor, sobre lo cual vacila Hay, presenta razones en pro y en contra y no decide, es un motor único, supremo y anterior, si no cronológicamente, dialécticamente, a todo cuanto fue, es y será.
Belarmino se mantiene con los brazos en cruz: pero ahora no mira al firmamento, sino a Apolonio. Apolonio vacila un segundo, nada más que un segundo. Una fuerza ineluctable, una exigencia del destino le lleva, también con los brazos abiertos, la botella en la mano, y en alto, agresivo, hacia Belarmino. Belarmino se adelanta a su encuentro.
Tus miradas desdeñosas pasaban por encima de mí como si yo no hubiera existido. ¿Qué edad tenías entonces? Ella vacila un instante, y responde a media voz: Catorce años y medio. ¡Ah! entonces... dice él riendo. Pero estaba muy crecida... completamente desarrollada en aquella época replica ella vivamente. No habrías comprometido tu dignidad haciéndome dar una vuelta o dos por la sala. ¡Bueno!
Palabra del Dia
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