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Actualizado: 31 de agosto de 2024


Delante tengo la inmensa llanura de roja arena que se pierde en el infinito con suaves ondulaciones. El cielo es azul; un vaho tibio asciende de la tierra. Leo un periódico: habla del clericalismo de España. Parece ser que una simple decisión del gobierno acabará con él... Los políticos y los periodistas y ésta es la raíz de nuestras desventuras ven bárbaramente las cosas en abstracto.

Notaba en él la mano adicta de Pep y la gracia de Margalida. Jaime se fijaba en lo nítido de las paredes, en la limpieza de las tres sillas y la mesa de tablas, muebles fregoteados por la hija de su antiguo arrendatario. Unos aparejos de pesca extendían sus mallas por los muros con ondulaciones de tapiz. Más allá colgaban la escopeta y un bolso de municiones.

El buque cabeceaba perezosamente, con largos intervalos de calma, sobre las extensas ondulaciones de un mar denso, centellante, enrojecido como metal en fusión. Ni el más leve soplo agitaba las lonas de la cubierta, tendidas de las barandas hasta el techo como un tabique rígido, obscuro y ardiente.

Comparadas con el ancho del arroyo, sus débiles ondulaciones son mil veces mayores que las más formidables é impetuosas olas del mar. Reflejados en el ondulado cristal de la superficie líquida, los árboles de la orilla, las ramas cruzadas y las nubes del cielo, se retuercen y desplazan en rítmicas curvas; el espacio infinito parece danzar sobre el centelleante espejo.

El comenzar de la tarde fue sofocante; el sol derramaba una lluvia de fuego; el mar se extendía tranquilo, apenas rizado, sin más olas que algunas pequeñas ondulaciones; con la respiración rítmica de un buen monstruo dormido, el agua, soñolienta, reflejaba la costa con todos sus detalles en la claridad de aquella tarde perezosa y espléndida.

La presencia de esa superficie rizada, obedeciendo al impulso de mi mano, despierta en una especie de tranquila alegría mezclada con no qué de melancolía. Las pequeñas ondulaciones que yo provoco en la superficie del agua se propagan á lo lejos de ola en ola á grandes distancias.

Las plantas trepadoras enroscaban sus verdes ondulaciones en las columnas de los claustros, llegando hasta los arcos de herradura. Los mausoleos, las imágenes yacentes, los ángeles de mármol, en medio de las platabandas de tupida vegetación, parecían estatuas de jardín.

El cabeceo suave de proa a popa, al que se habían acostumbrado todos y que pasaba inadvertido, como un movimiento necesario para la vida igual al de la respiración, se hizo por instantes más violento. El sol descendente estaba velado por una barrera de vapores; la luz era grisácea, lo mismo que la de una tarde invernal; el mar, azul obscuro, se plegaba en largas ondulaciones.

De vez en cuando sacaba la cabeza fuera del carruaje y respiraba el aire fresco de la noche para evitar que los sollozos le ahogaran. El misterioso y vago contorno de las ondulaciones del paisaje envuelto en las sombras cambiaba su desesperación en desconsuelo, que poco a poco se iba transformando en melancolía solemne, como los obscuros celajes que se cernían sobre la tierra aun más obscura.

Las ondas, los remolinos y los torbellinos cambian de punto; todo el régimen del curso líquido varía por mi voluntad según la posición de mi brazo, y las ondas que se forman ante las veo agruparse hacia la corriente, mezclarse á otras ondulaciones y, cada vez más débiles, pero siempre visibles, se extienden hasta la inmediata curva del arroyo.

Palabra del Dia

jediael

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