Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 30 de abril de 2025
Al revés de la otra casa, el alcázar de la otra dinastía de Villavieja: la mansión de los Carreños, la menos vieja de todas las de la villa, con su poco de color en la fachada, vidrieras de a cuatro cristales, un jardinillo en la trasera, suelos firmes y a nivel y techos de cielorraso; la chimenea ahumando casi siempre; mucho ruido de sartén y mucho tufo de cocina; mucho barullo en todo, y para todo poco aseo; los muebles casi amontonados en la sala; los colores crudos y chillones; mucha jaula con pájaros de mucha voz y grande y sucio comedero, como el mirlo y el malvís entre otros; palomar en la buhardilla y mastín suelto en el portal; en fin, dinastía sin abolengo, plebeya, encumbrada por la fuerza del dinero y de la intriga en tiempos no lejanos.
Enrique había conseguido sosegar a su hermano; no de la misma suerte a Eulalia, quien, después de alzar muchas veces la cabeza y tragárselo a miradas, se resolvió a levantarse de la butaca y acercarse disimuladamente a él y a su primito; con gran disimulo también puso la nariz sobre la cabeza de ambos, y cerciorándose de que despedían un tufo aromático muy marcado, salió repentina y apresuradamente de la estancia.
Las cuadras y vaquerías hedían con la fermentación del estiércol; las bocas de las alcantarillas humeaban la podredumbre de sus entrañas; hasta los caballos de los coches de punto, en sus largas esperas, levantaban la cola, impregnando el ambiente con el tufo de la cebada recocida y la paja putrefacta. La calle era más ruidosa que en el resto del año.
El tío Frasquito corrió primero a la puerta de entrada, a la de comunicación luego, y a la ventana por último, sin encontrar rastro alguno de incendio, con las narices abiertas, olfateando siempre y percibiendo, mientras más se movía de una parte a otra, el alarmante tufo más marcado.
»La letra estaba desfigurada; pero así y todo, yo veía en aquellos renglones contrahechos, sobre la fina superficie del papel, un cierto tufo diabólico, un rastro que me delataba una mano conocida que no acababa yo de descubrir. »Pero allí constaba todo, ¡todo! ¡Y con qué astucia más infernal! El móvil de la carta parecía ser un hermoso sentimiento de cariño a los dos enamorados.
Clotilde quedó inmóvil y adormilada, como en reposo absoluto de espíritu y de cuerpo; apenas se notaba su respiración. A Julia se le apagó la lámpara, y cogiéndola sin llamar a nadie, la sacó fuera para que no diese tufo, yendo a dejarla en uno de los cuartos inmediatos. Ya era día claro.
¡Virgen mía! no, hija... vivir para servir a Dios... cumpliendo su voluntad.... Hasta luego, ¿eh? Cuando Lucía bajó al jardín, pareció éste a sus ojos fatigados de llorar, menos enteco y árido que de costumbre. Las yucas alzaban su cabeza majestuosa, perpetuamente coronada; las hiedras exhalaban leve aroma campesino, siempre más grato que el tufo de la cera.
En seguida se me subió el tufo a las narices... Los militares somos así... Y dije para mí, entonces: Hay que cortar esto por lo sano y jugar el todo por el todo: o tú o yo. ¿A qué vienen esas rivalidades en que los dos se están odiando, y sin embargo, se aguantan un día y otro sin decirse una palabra? Eso lo puede hacer muy bien un paisano, pero un militar... creo yo... V. bien me comprende.
Porque eres hombre de buen olfato; y mientras estés tú en ella, siempre has de hallar tufo de peste. Es el único que anda ya por aquí... en cuanto tú vienes. Sonriose Guzmán y respondió, poniéndose el sombrero para marcharse: Puede que tengas razón... Vete, vete cuanto antes por ella. Y muy pocos días después salió de Madrid la marquesa para traer de Francia a su hija.
El vinoso vapor de los pellejos, el tufo que llegaba del establo y el continuo lanceteo de las pulgas taberniles agravaron su estado de angustia, figurándosele una viva parábola de su envilecimiento. Sentíase humillado y contrito ante Dios; pero su orgullo se exaltaba con agresiva arrogancia al pensar en los hombres.
Palabra del Dia
Otros Mirando