United States or Dominican Republic ? Vote for the TOP Country of the Week !


Muchas veces, al pasar por el pardo caserón de la calle de Pizarro, donde habitaba los inviernos, hemos evocado su silueta entre la grave penumbra de los viejos salones y le hemos imaginado trazando sobre amplias cuartillas renglones cortos de musa ingenua y familiar, para convocar a sus íntimas reuniones familiares, que eran como una evocación de los tiempos pretéritos.

Lector, estos renglones tienen un mérito poco comun en nuestro siglo; tienen la augusta poesía de una lágrima que en este momento cae de mis ojos; una lágrima que pide á Dios por el reposo eterno de mi madre. Allí, en la Provenza, está tambien el hogar, la casa, el rescoldo; la cuna y el sepulcro de los que nacen, viven y mueren en un mismo palmo de tierra.

Los unos tenían una cruz, los otros un garabato, los de más allá una llamada, y los menos, las frases no paga, pagará, va pagando, ya pagó. ¿Qué significaban pues el garabato y la cruz? Misterio insondable. En una misma página se mezclaban gastos e ingresos: aquí aparecía Fulano como deudor insolvente, y dos renglones más abajo, como acreedor por jornales.

Ana veía los renglones desiguales como si estuvieran en chino; sin saber por qué, no podía leer; no entendía nada; aunque la inercia la obligaba a pasar por allí los ojos, la atención retrocedía, y tres veces leyó los cinco primeros versos, sin saber lo que querían decir.... Y de repente recordó que ella también había escrito versos, y pensó que podían ser muy malos también. «¿Si habría sido ella una Trifona?

En seguida clavó su vista en la Crónica parlamentaria; y entonces estuvo a pique de morirse de repente, al leer, entre otros, nada lisonjeros para él, estos renglones: «La proposición del diputado Peñascales, célebre desde ayer en los fastos parlamentarios, es una verdadera monstruosidad en la forma y en el fondo; y bien seguro es que no hubiéramos dicho de ella lo que dijimos al anunciarla, si la hubiéramos conocido entonces como la conocemos ahora.

No contenía más que unos cuantos renglones. «Carmen está muy grave. Ya el doctor mandó que se disponga, y a las cinco recibirá el Viático. Vente luego, luego; pide permiso, que el señor don Carlos no te lo ha de negar. Considérame». Puse la cartita en manos de don Carlos. Leyóla de una ojeada, y exclamó: Pues que ensille Mauricio, y ¡vayase usted!

Tiene mi padre una biblioteca rica en libros de historia; por fortuna no hay ni siquiera una novela. Mi madre ha escrito hoy una carta a la señorita de Orleans, que se encuentra en España, y ha querido que yo también le escriba dos renglones. Después de esto, hemos salido a paseo y llegado hasta Mont-Mirail, visitando al mismo tiempo los amigos de la familia.

Estos pocos renglones son dignos de figurar en las páginas del Genio del Cristianismo del Sr. de Chateaubriand. La publicacion que hacemos de este diario no es mas que una reimpresion del que dió á luz el Padre Charlevoix en su Historia del Paraguay, de donde lo sacó Prevost para su voluminosa Historia de los viages.

De las mías no digo nada, pues no han de salir de los límites escuderiles; aunque decir que, si se usa en la caballería escribir hazañas de escuderos, que no pienso que se han de quedar las mías entre renglones.

Juan González le será siempre agradecido. ¿Quisiera usted darme, Padre Ministro, una carta o papel de recomendación? El Padre Hurtado tomó una cuartilla, la partió cuidadosamente en dos, guardando una mitad para uso futuro, y trazó en el papel breves renglones. La metió dentro de un sobre, lo cerró y dirigió, y lo entregó a Juan González.