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Actualizado: 22 de septiembre de 2024


Allí estaba la burlada muchacha el año de 1597, cuando la noche del 15 de Mayo, en que se hallaba en el patio de palique con varios trajinantes y huéspedes, llamaron á la puerta con recios golpes, y abierta ésta de pronto, penetró en el mesón nada menos que el Asistente don Pedro Arias de Bobadilla, conde de Puñonrostro, seguido de sus alguaciles, que iba aquella noche, como otras, de ronda visitando las casas públicas y posadas, para limpiarlas de mala gente.

Se retiraba temprano a casa, frecuentaba las iglesias y paseaba muchas tardes con algún clérigo; se hizo socio de varias cofradías piadosas, entre ellas de la de San Vicente de Paul, visitando a los pobres en compañía de los beatos de la villa y gastando no poco dinero en donativos para el culto.

Luego, Ferragut, que no podía vivir inactivo, volvió al mar, pero como primer oficial de un trasatlántico que hacía viajes regulares á la América del Sur. Para él, equivalía esto á ser empleado en una oficina flotante, visitando los mismos puertos, repitiendo invariablemente iguales trabajos. Su madre se mostraba satisfecha al verle con uniforme.

Por último, la tonalidad general de este cuadro, que puede causar en un museo efecto poco favorable, estaría de fijo calculada conforme a la decoración y ornato del oratorio donde había de figurar. En San Antonio Abad visitando a San Pablo, ermitaño , no falta tampoco espíritu religioso, sino, por el contrario, tiene la escena todo el austero carácter que requiere su índole.

En la obscuridad de las bóvedas retumbaban los argentinos martillazos de los guerreros del reloj. Luna se levantaba y recorría la iglesia, visitando los contadores para marcar su ronda. Habían sonado las diez, cuando Gabriel oyó abrirse el postigo de la portada de Santa Catalina, pero rápidamente y sin violencia, como si hubieran hecho uso de una llave. Luna recordó el ofrecimiento del campanero.

Debíamos partir para Sevilla al día siguiente, y aprovechamos la segunda noche que nos quedaba visitando un teatro y algunos cafés. En desquite, el café es en todas las ciudades españolas un elemento social sumamente curioso.

Al mirar desde la cubierta la profundidad de sus bodegas, invadidas por el agua, se veía el portalón abierto en su flanco como la entrada de una caverna luminosa. Ferragut, mientras descargaban su buque bajo la vigilancia de Tòni, pasó los días en tierra, visitando la ciudad.

También desde sus primeros años se despertó en él la inclinación á los viajes, visitando, cuando sólo contaba diez y ocho años, la península itálica.

Salvador seguía visitando a sus enfermos con la misma atención que cuando de su carrera hacía estímulo de prosperidad y base de la existencia, sólo que ahora había renunciado a la subvención del Municipio para que otro médico la disfrutase. Enamorado de su profesión, hizo de ella un culto piadoso, que practicaba en favor de los pobres.

En 1691, el gobernador y capitan general de la provincia de Santa-Cruz de la Sierra, don Benito Rivera y Quiroga, visitando los nacientes cantones para dar cuenta al Virey de Lima de los trabajos de los nuevos vasallos, halló, en las cinco misiones creadas, el número siguiente de habitantes: En Loreto, 3,822 En Trinidad, 2,253 En San Ignacio, 3,014 En San Xavier, 2,361 En San José. 2,036 Total. 13,486

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jediael

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