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Actualizado: 18 de julio de 2025


Los martirios del alma de la pobre Luz se habían dejado sentir también en su cuerpo. La hallé tendida sobre la cama, y con la habitación medio a obscuras. Le molestaban la claridad y los ruidos; sentía dolorida la cabeza, y una impresión muy desagradable en todas las coyunturas. La toqué la frente, y la tenía ardorosa; en cambio, las manos estaban muy frías.

Nucha, aunque un poco alterada la fisonomía, se mostró como siempre, afable, tranquila y atenta al buen servicio y orden de la mesa. Aquella noche el marqués no dejó dormir a Julián, entreteniéndole hasta las altas horas con larga y tendida plática. Los días siguientes fueron de tregua; don Pedro salía bastante, y se le veía mucho en el Casino, junto a la tribuna de los maldicientes.

Pero no hubo remedio. El barquero en pie empujaba la barca por medio de la maroma tendida de una á otra orilla. Demetria clavó sus ojos grandes, límpidos, inocentes en Nolo y le dijo: ¿Qué tienes conmigo, Nolo? ¿Te he hecho algo malo? El mozo, turbado hasta lo indecible y sin osar mirarla á la cara, balbució: Nada me has hecho, Demetria... pero hay cosas... hay cosas...

Así se hace, ¡canástoles! Pues mira: ya, por lo poco que falta, no lo echemos a perder con una mala tentación. Firmes con ella si acomete, ¿eh? Se oyó la risa franca de Nieves muy cerquita de la puerta, que a poco rato se abrió dando paso a la sevillanita envuelta en un blanco y holgado peinador, con toda la espesa y fina mata de su pelo rubio dorado tendida sobre la espalda.

No se le ve el cauce; pero te le va señalando bien esa faja de vapores que se van elevando y deshaciendo con el sol, la abundancia de arbolado y cierto verdor del terreno... Repara con qué gracia está tendida Villavieja en el suyo. Ella es fea como un demonio, mirada calle a calle y casa por casa; pero vista en conjunto, hasta su color de hollín le hace gracia.

Cansado de este abandono, salió Fernando a la cubierta, y al dirigirse hacia el lado de proa, lo primero que vio en «el rincón de los besos» fue a Nélida tendida en una silla larga, con los ojos entornados, dejando al descubierto una buena parte de sus piernas, cubriéndose la cara con una mano como si quisiera ocultar su rubor, mientras a través de los dedos brillaban sus ojos de malicia.

A la mañana siguiente llegaron las visitas: el desfile de levitas negras y tupidos velos, el paso por aquella casa de los amigos y conocidos, todos con la enguantada mano tendida, un gesto de amargura en el rostro y la palabra de resignación guardada cuidadosamente para tales casos.

Su fama de encantada le vino de su costumbre de arrojar al río la vajilla de plata de que se servía en los opíparos banquetes á que acudían muchos señores. Una red estaba tendida debajo del agua y recibía las piezas que así se lavaban.

Al poco tiempo, no satisfecho de la vida del mar ó deseoso de mayor medro, se quedó en Londres, entrando como empleado en una casa vizcaína. Su madre murió de repente. La encontraron tendida de bruces, sobre un surco de aquella tierra gredosa que cultivaba desde la niñez, y que su marido no podía hacerla abandonar.

Cuanto era mío, mañana será vuestro, y el cuerpo que será de los gusanos, tendrá más noble destino... No lloréis vosotros, criados y hermanos míos, que estas puertas las hallaréis siempre francas, y, aunque fría, siempre sentiréis mi mano tendida hacia vosotros. ¡No dejo otra manda para que mis crímenes me sean perdonados, y he de alzarme de la sepultura si no fuese cumplida!

Palabra del Dia

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