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Actualizado: 15 de mayo de 2025


¡Vil Sandoval! tu nombre será eterno, Como un remordimiento le has de oir, Y hasta tocar el linde del infierno La maldicion de Dios te ha de seguir. Siete veces traidor, , miserable, De la historia en el libro vivirás, Como en jardín ameno y deleitable Vive entre flores el reptil audaz.

Una planta venenosa y pestilente se halla tal vez al lado de otra medicinal y aromática; un reptil dañino y horrible se arrastra quizas á poca distancia de la bella é inofensiva mariposa; el asesino huyendo de la justicia se oculta en el mismo bosque donde está en acecho un honrado cazador; un airecillo fresco y suave recrea la naturaleza toda, y algunos momentos despues sopla el violento huracan llevando en sus negras alas tremenda tempestad.

Salió de la corte en un tren mixto, que se arrastraba torpemente como reptil enorme condenado a recorrer siempre el mismo camino, saludando con silbidos estridentes los mismos lugares, deteniéndose ante los mismos sitios, hasta que al cabo de veinte horas de viaje llegó a la estación más cercana a su pueblo, para ir al cual había de atravesar una dilatada llanura, a cuya extensión ponían límite varias colinas que se divisaban a larga distancia, veladas por flotantes brumas.

Para apoderarse de uno de estos animales, se echa un indio al agua, nadando con un solo brazo y llevando con el otro una vara bastante larga, en cuyo remate va fijada la estremidad de un lazo de cuero: acercándose luego muy pausadamente al feroz reptil, que se mantiene inmóvil y con los ojos fijos en su presa, procura envolverle el lazo alrededor del cuello; si logra su intento, los indios que están en la orilla teniendo la otra punta del lazo, tiran inmediatamente de él para sacar al animal á tierra; pero si se yerra el golpe, no le queda al cazador otro recurso de salvacion que perseguir al caiman, echándosele resueltamente encima, para asustarlo y tener tiempo de ganar la orilla mientras él se zambulle.

Está segmentado como ellos, mas esos segmentos los tiene debajo, perfectamente ocultos y resguardados, valiéndose de los mismos para contraerse, sin exponerse cual el reptil y el insecto á ser dividido fácilmente. Lo mismo que el crustáceo, prefiere el pez la fuerza á la belleza, y para conseguirlo ha suprimido el pescuezo. Cabeza y tronco no constituyen más que una masa.

Según Pedro Lobo, los españoles habían sido como venenoso reptil que trepa a lo alto de la roca donde el cóndor tiene su nido, y devora o mutila a los polluelos antes de que les crezcan las alas para enseñorearse del espacio sin límites, remontarse más allá de las nubes, y mirar el sol de hito en hito.

Ella, al sentir en la palma de la mano el frío de las monedas, dejolas caer al pronto, sobre la mesa, como si hubiese tocado un reptil. El rostro se le enrojeció de vergüenza, y su pecho, henchido por la emoción, dejó escapar un suspiro. Luego sonrió tristemente, diciendo: ¡Ah! ¿vuestra merced ha pensado?... ¡No, no, por Dios! ¿Tanta honrilla, muchacha? ¿No puedo hacerte, acaso, un obsequio?

5 o el varón que hubiere tocado cualquier reptil, por el cual será inmundo, u hombre por el cual venga a ser inmundo, conforme a cualquiera inmundicia suya; 6 la persona que lo tocare, será inmunda hasta la tarde, y no comerá de las santificaciones, antes que haya lavado su carne con agua. 7 Y cuando el sol se pusiere, será purificado; y después comerá de las santificaciones, porque su pan es.

Sólo dos seres, los más débiles e indefensos, Paquito y Lilí, resistían a la voluntad omnipotente del desvergonzado parásito, a quien el instinto de ángel de ambos niños representaba siempre como un reptil bañado por los rayos del sol, brillante a la vez que asqueroso.

Esta noche, el dolor de mi triunfo te asesina. ¡Muérete, muérete, miserableDígase, en honor de la verdad, que en aquellos mismos instantes, Belarmino, el reptil, practicaba peregrinos arpegios con su silbo, pero era en el lecho, durmiendo y roncando a pierna suelta, a par de Xuantipa, y soñando que sostenía un coloquio exquisito, sentados entrambos sobre las nubes, con Meo de Clerode, el distinguido filósofo de Kenisberga.

Palabra del Dia

hociquea

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