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Actualizado: 15 de junio de 2025


Más hermosa es todavía la cabeza del reptil, porque ésta corresponde á su tipo, y no esperamos verla de otra manera, mientras la cara del idiota es una forma espantosamente degenerada. A pesar de habernos parecido un hombre desde lejos, ni siquiera aparece la inteligencia del animal en sus facciones.

Es un reptil que si le arrojamos de nuestro pecho, se arrastra y enrosca á nuestros pies; y cuando pisamos un extremo de su flexible cuerpo, se vuelve y nos hiere con emponzoñada picadura. Necesidad de una lucha continua.

Había penetrado lo mismo que un reptil marino en ciertas cuevas de la costa, lagos adormecidos y glaciales iluminados por misteriosas aberturas, donde la atmósfera es negra y el agua diáfana, donde el nadador tiene el busto de ébano y las piernas de cristal. En el curso de estas nataciones comía todos los seres vivientes que encontraba pegados á las rocas ó moviendo antenas y brazos.

Ignoraba si su fin había sido instantáneo, fulminante, saliendo del mundo con una sonrisa de inconsciencia, ó si había pasado largas horas de suplicio abandonado en el campo, retorciéndose como un reptil, rodando por los círculos de un dolor infernal antes de sumirse en la nada.

García se dejó caer en una butaca y paseando sus ojos relampagueantes por la estancia como si esperase descubrir oculto en algún rincón al odioso reptil se echó mano al bolsillo interior del chaquette, sacó un manojo de cuartillas, dejó caer hacia atrás la capa y se puso a leer con voz hueca.

Montiño se encontraba en el mismo estado que un reptil encerrado en un círculo de fuego. Por cualquier lado que pretendía salir de su apuro, se quemaba. Decidióse al fin por el poder más terrible de los que le tenían cogido: por la Inquisición.

Los únicos hijos de la montaña que se encuentran al trepar por las pendientes son insectos que atraviesan los senderos, escurriéndose entre la hierba, ó zumbando por el aire; mariposas entre las cuales se nota al erebo negro de metálicos reflejos y al magnífico Apolo, viviente flor que revolotea entre otras flores acá y acullá, algún reptil que desaparece entre unas piedras.

Para él todas las mujeres eran santas, todos los hombres buenos, todos los guerreros dignos, todos los oficios nobles, todas las cosas bellas. El reptil, a sus ojos, se convertía en ave; el barro en oro; el erizo en flor; el espectro en ángel. Su voluntad era granito; su espíritu, llama. Unía, a la calma de Massena, el arrojo de Murat.

Todo lo imitará: agua, fuego, réptil, tomará todas las formas; pero apretadle mas, redoblad sus ligaduras.

Gritaba ante las casas menos destrozadas; introducía su cabeza por puertas y ventanas limpias de obstáculos ó con hojas de madera á medio consumir. ¿No había quedado nadie en Villeblanche?... Columbró entre las ruinas algo que avanzaba á gatas, una especie de reptil, que se detenía en su arrastre con vacilaciones de miedo, pronto á retroceder para deslizarse en su madriguera.

Palabra del Dia

irrascible

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