United States or Wallis and Futuna ? Vote for the TOP Country of the Week !


Todo era contento: allá en la huerta rumores de agua y de árboles que mecía el viento, cánticos locos de pájaros dicharacheros; de las ventanas del patio venían perfumes traídos por el airecillo que hacía sonajas de las hojas de las plantas.

Las confidencias de don Álvaro le habían enternecido, y su espíritu volaba en una atmósfera ideal; aquel airecillo romántico le hacía en las entrañas sabrosas cosquillas, más punzantes por la falta de uso. Pocas veces se hallaba él en semejante disposición de ánimo. Obdulia y Visitación, desde la ventana de la cocina que daba al patio, les llamaban a grandes voces, riendo como locas.

Pero «un marino» en Santander, hasta hace muy pocos años, hasta que llegó á la clásica tierra de los garbanzos ese airecillo que aclimató la crinolina en Bezana y la cerveza en San Román, significaba otra cosa más concreta y determinada. «Un marino» significaba, precisamente, un joven de veinte á treinta años, con patillas á la catalana, tostado de rostro, cargado de espaldas, de andar tardo y oscilante, como buque entre dos mares, con chaquetón pardo abotonado, gorra azul con galón de oro y botón de ancla, corbata de seda negra al desgaire, botas de agua, mucha greña, y cada puño como una mandarria.

Nada dijo la devota, queriendo animarse. Sin duda se ha constipado en el balcón. : corre esta tarde un airecillo, que ya, ya ... indicó el clérigo; pero váyase usted á su casa, y abrigándose bien.... Eso no será nada dijo doña Petronila Entrambasaguas, que estaba muy impaciente, porque ciertos olores, venidos en mensaje de la cocina, le anunciaban que el carnero se estaba quemando á toda prisa.

Seducido por los guisos de fonda que saboreaba en los banquetes conmemorativos de grandes jugadas, no podía avenirse con el talento culinario de su Teresa, y había tomado una cocinera procedente de una gran casa. La riqueza improvisada daba al señor Cuadros un airecillo petulante y fanfarrón.

No dejaba de echar también un vistazo a los restaurants, y en general a todas las tiendas, que en su larga vida de penuria bochornosa había mirado con desconsuelo. Pasó en esta vagancia dichosa algunas horas, sin cansancio. Sentíase fuerte, saludable, y hasta robusto. Miraba cariñoso, o con cierto airecillo de protección, a cuantas mujeres hermosas o aceptables a su lado pasaban.

Otros dos o tres vigorosísimos que dio Germán con todo su cuerpo sobre una de las hojas hicieron girar a esta lentamente, dejando escapar una bocanada de viento húmedo: el interior estaba oscuro. Espere usted aquí dijo Currita con cierto airecillo de miedo. Y adelantóse ella con las manos extendidas para no tropezar, cerrando los ojos un momento para poder acostumbrarse a aquellas tinieblas.

Quitádose que hubo esta vestimenta, tuve que prestarle mi buen jubón y calzas de paño para que no le viese algún caminante en ropas menores y aun me pidió el grueso par de medias que yo llevaba para preservarse, dijo, del airecillo algo frío, mientras rezaba yo mis oraciones.

Hacia la izquierda de la enorme adelfa que extendía como múltiples brazos sus ramas cargadas de flores, estaban las sillas y la mesita de hierro, junto a las que la espió tantas veces, bordando ella, devorándola él con las pupilas dilatadas, mientras el airecillo juguetón levantaba la flotante bata de la niña hasta descubrir su primoroso pié, o desprendía del talle el pañuelo de finísimo estambre.

Una planta venenosa y pestilente se halla tal vez al lado de otra medicinal y aromática; un reptil dañino y horrible se arrastra quizas á poca distancia de la bella é inofensiva mariposa; el asesino huyendo de la justicia se oculta en el mismo bosque donde está en acecho un honrado cazador; un airecillo fresco y suave recrea la naturaleza toda, y algunos momentos despues sopla el violento huracan llevando en sus negras alas tremenda tempestad.