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Importante es apreciar el carácter de las enfermedades crónicas por los conmemorativos y la etiología, como se ve por el siguiente ejemplo: si un eczema situado en la pélvis, ó un dartro exudante, ó si, en fin, un prurito vaginal con leucorrea hubiese desaparecido, desarrollándose antes una gastralgia, y hay sed, dolor fijo, lancinante, agravacion por el movimiento y el reposo, sensibilidad en el epigastrio á la presion, el acónito podrá aliviar; pero para curar es necesario dar los medicamentos indicados en la enfermedad que desapareció.

Andrés a quien usted conoce y que no ha salido de la casa desde hace sesenta años, me ha repetido muchas veces que entonces todo sucedía poco más o menos como ahora. La manía que contraje muy temprano de escribir mis iniciales y de estampar sellos conmemorativos por cualquier cosa, podría servirme para rectificar mis recuerdos si ellos no fueran completos e infalibles.

Esa monomanía por las estatuas, las apoteosis y los monumentos conmemorativos, hasta tal extremo llega entre estas buenas gentes, que en las esquinas de las calles tienen puestos pedestales vacíos, dispuestos para los desconocidos grandes hombres que surjan en el porvenir.

Recibióle ella con esa amable condescendencia, propia de las grandes señoras con cualquier pelafustán que las adula, y concedióle su petición al punto, quedando convenido que la revista publicaría el retrato de la condesa con el traje que había de lucir aquella misma tarde en la manifestación de mantillas y peinetas de la Castellana, y otros dos grabados conmemorativos, representando uno la fachada del palacio en el acto de ser invadido por la policía, y otro el momento en que salió Currita con varonil entereza al encuentro de los invasores.

Seducido por los guisos de fonda que saboreaba en los banquetes conmemorativos de grandes jugadas, no podía avenirse con el talento culinario de su Teresa, y había tomado una cocinera procedente de una gran casa. La riqueza improvisada daba al señor Cuadros un airecillo petulante y fanfarrón.

Los músicos se abrazaban entre , y todos y cada uno a su peritísimo director el señor Anselmo. Fuera de la imprenta, y para conmemorar también aquel día glorioso, Pablito abrazaba a la blonda Nieves, aprovechando la obscuridad de un portal; y varios otros mancebos, siguiendo su ejemplo, distribuían igualmente abrazos conmemorativos entre las alegres mozas aborígenes.