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Estar libre de rencores prosiguió Lázaro en voz muy baja: ¡amar sin recelo, sin temor; despreciar el mundo, las traiciones, las asechanzas; hallar regocijo en las persecuciones, y sacar consuelo hasta de las desventuras!... ¡Oh, qué feliz es usted...! Después de una pausa, la voz de la mujer mística resonó como un eco lejano para decir: No, amigo mío: yo no soy feliz; soy muy desgraciada.

Pepe entró en su casa de puntillas, abrió despacito, por no despertar a los que dormían, encendió la vela que a prevención dejaba Leocadia en una palomilla del pasillo, se entró a su cuarto y se acostó, pensando en los sucesos e ideas que le interesaban, en aquel recelo que le inspiraba su hermano, en el cariño que tenía a sus padres y en las complicaciones que temía.

Algún recelo abrigó de que Pepe la hiciese burla; mas nada dijo éste que hiciese sospechar desagrado: en cambio Tirso, aunque con gesto bondadoso, la preguntó: ¿Por qué no ha llevado Vd. a Leocadia? ¿Y quién había de hacer las cosas de la casa? Todo se debe dejar para después de cumplir con el Señor.

Con esta nueva no se resolvieron á caminar á tierra de moros los judíos, afligidos con el justo recelo de sufrir allí nuevos desastres; i así formaron en los campos de Arcilla una especie de real, en donde estuvieron varios meses sin determinarse á cosa alguna.

Tendió el trapo a alguna distancia del toro y comenzó a darle pases con visible recelo, quedando en cada uno de ellos a gran distancia de la fiera y ayudado siempre por el capote de Sebastián. Al permanecer un instante con la muleta baja, hizo el toro un movimiento como para embestir, pero no se movió.

Otro motivo del terror que el teatro y los sitios públicos le inspiraban era encontrar caras conocidas, y este recelo la tenía como azorada y sobre ascuas durante la función. En la casa se hallaba muy bien. Había tenido seguramente en su vida temporadas de mayor felicidad, pero no de tan blando sosiego.

Y sobre el reparo que pudiera hacerse, de que estando la poblacion en la costa se expondria á los insultos del enemigo de Europa, responde muy bien el Cabildo: esto es, si donde hubiere de hacerse hay puerto capaz de fondear navíos, por la misma razon conviene que allí esté la ciudad, para guardarlo y defenderlo, y no dar lugar á que el enemigo se apodere de él: y si no lo hay, está desde luego libre la poblacion de este recelo, pues eso mismo será causa de que no se arrime á la costa; mayormente reinando en ella en los mejores tiempos del año la travesía que les obligará hacerse á la mar, ó á perder sus embarcaciones.

Yo, que estaba arrobada, les decía Á los reyes de España: «Dios os guarde, 1970 Y extienda vuestra heroica monarquía Del clima helado á el que se abrasa y ardeCuando veo que dice: «Isabel mía,» Á mi lado don Juan; y tan cobarde Me hallé á los ecos de su voz, que luego 1975 Fué hielo el corazón, las venas fuego. «Traidor, respondo, tus iguales mira; Que yo soy una pobre labradora.» Y diciendo y haciendo, envuelta en ira, Sigo la puente, y me arrepiento agora: 1980 Verdad es que le siento que suspira Tal vez desde la noche hasta el aurora; Mas recelo, si va á decir verdades, Lo que se sigue á celos y amistades.

El cacique de Caracato, impulsado de su fidelidad, manifestó la órden que habia recibido del indio, Coronel Sanca, para alistar la gente de su pueblo y cortar las citadas Balsas de Juliaca y Suches, cuyo cumplimiento se encargaba bajo graves penas en nombre del Inca, Rey y Señor del Perú; de que receló Orellana que el pensamiento del rebelde no era otro que dejarle cortado, y atacar la villa de Puno y Chucuito, para poder pasar mas libremente por Pacajes á la ciudad de la Paz razon porque adelantó su marcha hasta las cercanias de Coata, campando en las orillas del rio.

Era aquella una de esas situaciones cómicas que tienen lugar con frecuencia cuando el poder hace uso del misterio, cuando explota el recelo de los unos y de los otros, y cuando sus agentes no saben ni pueden saber á qué atenerse. Por esto estaban en una situación casi idéntica la abadesa de las Descalzas Reales y el cocinero del rey.