United States or Indonesia ? Vote for the TOP Country of the Week !


La de Candore, seducida por aquel carácter, que no era para desagradarla, la había proclamado una persona perfecta, no completamente linda, pero completamente distinguida. En efecto, la distinción era su marca soberana; al más modesto empleo, a la más humilde función llevaba ese aplomo superior de los que tienen conciencia de no rebajarse nunca.

Conoce Burdeos al revés y al derecho; ha visto el teatro, los Quinquonces, ha trepado a las torres, ha bajado a las criptas y visitado las momias, ha estado en la aduana y sabe qué función se da esa noche en todos los teatros. Y entretanto, ¡yo dormía! El no lo concibe, pero yo . A la tarde, le anuncio que me quedaré a reposar un par de días en Burdeos y una nube cubre su cara juvenil.

Tras de ellos los españoles, con bien escasa prudencia, prosiguiendo la victoria van a la espesura negra, y de los contrarios muertos dificultando la cuenta es cruel carnicería la que fué función de guerra, y es angustioso lamento lo que fué rugir de fieras.

Otros padres de familia y hasta abuelos, vestidos con sus trajes de domingo, esperaban pacientemente en un banco que les llegase el turno de ejercer la honorífica función.

Por esto quisiera yo que volviésemos á la antigua usanza, y que, á no ser un drama extremadamente largo, concluyese toda función con su correspondiente divertido sainete. En la indumentaria convendría tener el mayor esmero.

Llegué al teatro de San Fernando cuando solo había dentro de la sala dos docenas de personas a lo sumo. Aún tardó en poblarse larga media hora. Se representaba una función extraordinaria, a beneficio de no qué desgraciados, por la compañía de ópera que había actuado en Cádiz y regresado a Madrid. La sala del teatro es amplia, elegante, bien decorada.

Ya estaban los vetustenses acostumbrados a estos que llamaba Ronzal anacronismos, y pasaban por todo, en particular las personas decentes de palcos principales y plateas, que no iban al teatro a ver la función, sino a mirarse y despellejarse de lejos.

La costumbre de que el coche viniera a esperarles al concluirse la función, había causado en Sarrió alguna sorpresa y no pocas murmuraciones. Los trajes con que se presentaba en público eran siempre de fantasía, distintos enteramente de los que vestían las otras damas de la población. Estas, por regla general, solían andar en sus casas con la ropa usada «en cualquier facha» como ellas decían.

La razón humana, así anulada para los fines de la vida humana, vino a ser en el entendimiento del creyente lo que el apéndice en el intestino del hombre civilizado: un órgano superfluo, puesto que no tenía función propia.

Tal función de desagravios es tan triste y tan incompleta que lo mejor es que no la haya. Lo mejor es que el Gobierno español no aspire á que el Sr. Cleveland declare que nos tiene algo á modo de lástima.