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Actualizado: 15 de junio de 2025
Margalida, frunciendo las cejas y desviando la vista para no encontrarse con los ojos del herido, intervino, apartando a Pep. «¡Deje, padre!»; tal vez ella sabría hacerlo mejor... Y Jaime creyó percibir en su carne viva, sensible, vibrante por el cruel rasguño, una impresión de frescura, de dulce calma al hundirse en ella los tapones manejados por los dedos de la muchacha.
No, pero castiga el suicidio cuando está probado. Vamos, no tengo suerte con la ley inglesa. Ahora en serio, doctor continuó el magistrado . ¿Cree usted verdaderamente que se trata de una falsa alarma? Le respondo de que la dama en cuestión no ha recibido ni un rasguño. La conozco bien y sé que está demasiado enamorada de su piel para agujereársela. Pero, ¿y si hubiese sido asesinada?
El artista examinaba atento su última y maravillosa creación para ver si la pintura había sufrido algún rasguño y en tanto Roger manejaba rápidamente los pinceles, hasta dejar bosquejadas las facciones y el torneado cuello de bellísima mujer. ¡Bravo! exclamó el maestro; sois pintor, no hay que dudarlo y podéis llegar á serlo muy bueno. ¡Es la cara de un ángel!
Se levantaba con la escopeta preparada y abría una reja... Pero era su hijo, su Fermín, sin sombrero, con las manos manchadas de sangre y un rasguño en la cara, como si hubiese luchado con mucha gente. Las palabras fueron pocas. Había matado al señorito Luis, y después se había abierto paso hiriendo al matón que le acompañaba. Aquel rasguño insignificante era un testimonio de la pelea.
Entró en el salón de popa jadeando todavía, y tomó asiento. Al quedar bajo el ruedo de luz pálida que derramaba sobre la mesa una lámpara colgante, Tòni se fijó en su hombro izquierdo. ¡Sangre!... No es nada... Un simple rasguño. La prueba es que puedo mover el brazo. Y lo movió, aunque con cierta dificultad, sintiendo la pesadez de una hinchazón creciente.
La blancura del patio silencioso frisos, columnas y estatuas de mármol producía una otoñal impresión de palacio encantado. Dentro, el brillo glacial del estuco, sin el más leve rasguño en las altas paredes, afirmaba aquella sensación de desapacible frío. Al cruzar de una pieza a otra, los pasos hallaban eco en toda la casa, como si un largo abandono hubiera sensibilizado su resonancia.
Y entonces empezaba la lucha. Ella se defendía en silencio. Aunque él gritase, Fermín no acudía; pensaba que era una riña entre mineros. Además, le temían unos por fuerte, otros por hijo, y procuraban vencer sin que él se enterase. Pero nunca vencían. A lo sumo un abrazo furtivo, un beso como un rasguño. Nada. Paula despreciaba aquella baba.
Pero, con todo eso, nos daría gran gusto el señor don Quijote si nos la pintase; que a buen seguro que, aunque sea en rasguño y bosquejo, que ella salga tal, que la tengan invidia las más hermosas.
Dios nos lleva y trae según sus fines.... No, no era Dios, sino el pecado, en figura de Sabel, quien lo arrojaba del paraíso.... Le agitó semejante idea y se cortó dos veces la mejilla.... Estuvo próximo a inferirse el tercer rasguño, porque le dieron una palmada en el hombro. Se volvió.... ¿Quién había de conocer a don Pedro, tan metamorfoseado como venía?
No es más que un rasguño dije, pero... y me detuve. Tarlein se puso en pie con expresión de profundo asombro en el rostro. Tomó mi mano, me miró atentamente y de repente retrocedió un paso. ¡Pero, el Rey! ¿Dónde está el Rey? gritó. ¡Silencio, imprudente! dijo Sarto. No tan alto. Este es el Rey. Oímos llamar a la puerta. Sarto asió mi mano ¡Pronto, a su cámara! ¡Fuera esa gorra y esas botas!
Palabra del Dia
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