Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 22 de mayo de 2025


Como si necesitase contemplarla de más cerca, pasó una mano con suavidad por debajo del cuerpo de Popito y puso igualmente sobre la palma á su lloroso compañero, para no privarle ni un instante de la presencia de su amada. Sentado en el centro del bote permaneció mucho tiempo, con la diestra cerca de los ojos, contemplando el grupo que formaban los dos pigmeos enamorados.

Hoy entran en esta casa con la misma confianza que en la suya y les abruman bajo tantas muestras de cariño. La desgracia les hace olvidar, les aproxima á ustedes. Y tras una pausa, en la que permaneció cabizbajo, dijo golpeándose el pecho: Créame á , que los conozco bien: en el fondo son buena gente.

Sólo el general, cuya bizarría, serenidad y destreza en las armas rayaba en lo sobrehumano, permaneció impávido en medio de aquel terror harto disculpable. El general se fue hacia el Príncipe, único enemigo no fantástico con quien podía habérselas, y empezó a reñir con él la más brava y descomunal pelea. Pero las armas del Príncipe tártaro estaban encantadas, y el general no podía herirle.

No seas así le dijeron por lo bajo las costureras. No me da la gana. ¿Queréis dejarme en paz? les respondió ella en voz baja también, mas con acento iracundo. ¿No quieres ir? preguntó don Rosendo con afectada severidad. ¿No quieres ir? La niña permaneció inmóvil y silenciosa. ¡Pues sal de aquí ahora mismo! ¡Quítate de mi vista!

¿No sabes que dijo D. Teodoro que los que nos criamos aquí nos volvemos piedras?... Yo no quiero ser una piedra, yo no. Yo... ¿para qué voy? dijo la Nela con amargo desconsuelo . Para ti es tiempo, para es tarde. La Nela dejó caer la cabeza sobre su pecho y por largo rato permaneció insensible a la seductora verbosidad del futuro Hipócrates.

Se dejó caer en una silla: puso ambos puños cerrados en su cara y en sus rodillas ambos codos, y así permaneció más de media hora sumido sin duda en un mar de reflexiones amargas. Cualquiera, si le hubiera visto, hubiera sospechado que acababa de asesinar a Pepita. Pepita, sin embargo, apareció después.

En las horas que allí permaneció, disimulándose en un portal ó detrás de algún carro, sólo vió salir dos ó tres mujeres que parecían criadas y entrar y salir un sacerdote.

Juan Claudio permaneció silencioso: Ya sabía yo que esta muchacha era valiente pensaba el anciano . No le falta nada. Luisa entonces le cogió de la mano, le condujo frente a un batallón de ollas que se alineaban alrededor del fuego y le enseñó, con aire de triunfo, toda la cocina.

¿Y qué te dijeron? preguntó Currita con los labios blancos. La madre se echó a llorar.. ¿Y el padre?... Se echó a reír y me consoló mucho, y me dijo que no ofreciese nada sin que él me avisase. Currita se quedó muy pensativa y permaneció largo rato en silencio, mirando a la niña; de pronto, dijo: ¿Pero el padre Cifuentes te querrá mucho?... ¡Oh, !... Es muy bueno; me quiere mucho.

Pues, en camino para reunirse con su madre; partió ayer en el vapor, con rumbo al Este y transportada por favorables vientos hacia aquélla que, sin duda, la espera con los brazos abiertos. La señora de Ponce permaneció inmóvil. El coronel sintió que su pecho se encogía poco a poco, pero apoyose contra una silla, y se esforzó en ostentar una galantería caballeresca unida a la severidad del togado.

Palabra del Dia

commiserit

Otros Mirando