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Actualizado: 22 de junio de 2025
¡No, hombre, si no es preciso! replicó la marquesa sin poder contener una sonrisa . Piensa tú ahora, y luego el padre te ayudará. Largo rato permaneció Diógenes silencioso, sosteniendo con ambas manos el crucifijo, fijos en él los ojos.
La perspicacia de Doña Juana la hizo presentir algo sobre este particular, y efectivamente no se engañaba, porque concluida ya la misa, empezó á reunirse la familia, y sin embargo, ella quedaba en la iglesia. La reina aguardó un poco en la calle, pero Doña Juana haciendo como que ignoraba todo esto, permaneció en aquella posicion largo rato, dirigiéndose luego sola á palacio.
Noté que mientras yo hablaba su semblante se había puesto algo más pálido, pero permaneció callada, como si hubiese temido hablar, por recelo de que inadvertidamente fuese a manifestar lo que tenía intención de que permaneciese siendo un secreto.
Permaneció inmóvil en la soledad del pinar, insensible a cuanto le rodeaba, como un héroe de leyenda sometido a un encantamiento. Luego se pasó una mano por el rostro, cual si despertase, coordinando sus ideas.
Muchas veces, cuando estaba sola, entretenía en pensar lo que podría haber hecho un hombre como usted, viviendo en Europa y trabajando bajo la dirección de una mujer que le inspirase nobles ambiciones. Permaneció Moreno silencioso, mirándola con cierto asombro, como si la admirase más después de sus últimas palabras.
Hubo un instante en que pareció que iba a arrojarse sobre él; pero haciendo un supremo esfuerzo sobre sí mismo alzó los hombros con desdén, dejó escapar un bufido expresando el mismo sentimiento y fue a sentarse en el rincón opuesto. Tristán permaneció en el suyo y afectando indiferencia cerró los ojos como si se dispusiera a dormir.
La provincia de Caupolican, colocada fuera de los caminos transitados por los primeros aventureros españoles que llegaron al Perú, permaneció totalmente ignorada durante largo tiempo.
¿Y piensas que aquí, entre mi tutor y tu tía, podremos escapar á los disturbios y á las malas influencias? Creo que no. Entonces, deduce tú misma la consecuencia. La joven permaneció un instante pensativa y con la rubia cabeza inclinada y algunas lágrimas rodaron por sus ojos. Después murmuró: ¡Es preciso huir!
Todo cuanto veía y escuchaba hacía un cuarto de hora, le parecía fantástico. Pero Roussel no se desvaneció como una aparición; permaneció en su sitio y con mucha sangre fría dijo: Mi querida prima; creo que debes haber agotado las malas palabras; no busques más en tu fondo de reserva, porque sería inútil.
Esta costumbre permaneció algún tiempo después. Yo alcancé todavía en dos de los pueblos de mi cargo, lo que cesó a una leve insinuación mía; lo demás que practicaban era conforme a lo que expresaré adelante, cuando trate del culto divino presente.
Palabra del Dia
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