United States or Turks and Caicos Islands ? Vote for the TOP Country of the Week !


La idea de que los excesos de la vida ascética eran como un lento y doloroso suicidio y de que rayaba en perversión el deformar y destruir en nosotros la más hermosa obra del Todopoderoso, este ser y esta forma de que el alma se reviste en la tierra, y que las mismas Sagradas Escrituras llaman templo del Espíritu Santo, había acudido a la mente del Padre, moviéndole a desistir de materiales mortificaciones.

Así permaneció extendida sobre el pavimento hasta que la luz del día rayaba. Rayaba apenas el día cuando nuestra joven se levantó bruscamente del suelo. Quedose inmóvil un instante con el oído atento; pero no percibió el sonido de las campanas de San Felipe, que creyó escuchar en sueños. Se había equivocado; todavía no eran las seis.

Menos aún los administrativos. El único que llamaba un poco la atención entre ellos era un joven delgado y pálido, con fino bigote negro, cuyos ojos negros y duros se fijaban con tal decisión en los convidados que rayaba en insolencia. Sin saber por qué, los que cambiaban con él una mirada se sentían molestos y separaban prontamente la vista. El director lo presentó como el médico de las minas.

El rey era muy rico: poseía diez y siete sombrillas de todos colores, un tapa-rabo verde y amarillo, muy gracioso, y un sombrero alto, tan alto que rayaba en lo monumental. La reina, Sabihonda, usaba medias azules y era políglota: cuando algo le caía muy en gracia, hablaba en chino, y cuando se enfadaba, gritaba en catalán.

Tambien es verdad que los naturales, estremadamente supersticiosos, se prestaban á ello, como sucede hoy en dia, con una especie de entusiasmo que rayaba en frenesí. Acostumbrados á martirizarse en los ejercicios de su culto primitivo, nada tenia de estraño que al convertirse al cristianismo hubiesen conservado el mismo fervor, y sobre todo la misma insensibilidad física.

El respeto filial es un deber... Pero hay también otros... ¿Más sagrados? Quizá... Cuando una joven honrada y crédula ha puesto toda su confianza en la palabra leal de un hombre, es mi parecer que no puede faltar a ella sin cometer una mala acción... El flemático notario se había animado y hablaba con un calor que rayaba en indignación.

En cosas de malicia era de una pureza excepcional: no aprendía ningún dicho ni acto feo de los que saben á su edad los retoños desvergonzados de la presente generación. Su inocencia y celestial donosura casi nos permitían conocer á los ángeles como si los hubiéramos tratado, y su reflexión rayaba en lo maravilloso.

En el orden interno del escritorio, don Eleazar era de una severidad que rayaba en crueldad; jamás una licencia, un respiro, un descanso para sus dependientes.

Mas estas cualidades se contrarrestaban por un carácter débil, fantástico, sombrío, el cual le venía, sin duda, de la familia de su madre. D.ª María Gayoso, condesa viuda de Onís, hija del barón de los Oscos, era un ser original, tan excepcionalmente original que rayaba en lo inverosímil.

Entró en la sala que también estaba a oscuras, penetró en el gabinete de su tía, que a la misma boca de lobo se igualara en lo tenebroso, y allí se le redobló la facundia, y la energía de sus declamaciones rayaba en frenesí.