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Tambien es verdad que los naturales, estremadamente supersticiosos, se prestaban á ello, como sucede hoy en dia, con una especie de entusiasmo que rayaba en frenesí. Acostumbrados á martirizarse en los ejercicios de su culto primitivo, nada tenia de estraño que al convertirse al cristianismo hubiesen conservado el mismo fervor, y sobre todo la misma insensibilidad física.

Era ella, la verdadera, la única, la que inspira miedo y consuelo; la belleza triste que nunca se aja; la pálida señora del mundo; la beldad que llega puntual a la cita con su beso de olvido y de paz, con el supremo espasmo de la insensibilidad y el anonadamiento. Feli escuchaba a su novio con los ojos dilatados por el asombro, pugnando por entenderle.

No es pues de admirar que se cuente, entre los efectos generales, el frio interno, la grande disposicion al frio, los sudores frios, los sudores y las secreciones mucosas abundantes y dulzosas, insípidas mas bien que ácidas ó elaboradas, la angustia y la agitacion, accesos de vértigo, coma letárgico, abatimiento, debilidad muscular estremada, temblor de los miembros, adormecimiento é insensibilidad, principalmente de los miembros, neuralgias, calambres, convulsiones, salto de tendones, desfallecimiento, sin que á pesar de esto haya parálisis.

Había sufrido aquella mañana cuanto es dado soportar á la humana naturaleza, y como su temperamento no era de los que por medio de un desmayo se libran de un padecimiento demasiado intenso, su espíritu podía solamente hallar cierto desahogo bajo la capa de una insensibilidad marmórea, mientras sus fuerzas corporales permanecieran intactas.

Sus caractéres son: grande postracion, sudores frios, timpanitis ó flatuosidades abundantes, estancacion de los vasos capilares con azulamiento de la piel por placas como jaspeadas, insensibilidad ó debilidad del pulso que se estingue poco á poco.

Hasta el efecto de la noticia se borra pronto, y una especie de insensibilidad apacible va cauterizando el espíritu de Julián: piensa más en lo que le rodea, se interesa por la iglesia desmantelada, trata de enseñar a leer a los salvajes chiquillos de la parroquia, funda una congregación de hijas de María para que las mozas no bailen los domingos.... Y así pasa el tiempo, uniformemente, sin dichas ni amarguras, y la placidez de la naturaleza penetra en el alma de Julián, y se acostumbra a vivir como los paisanos, pendiente de la cosecha, deseando la lluvia o el buen tiempo como el mayor beneficio que Dios puede otorgar al hombre, calentándose en el lar, diciendo misa muy temprano y acostándose antes de encender luz, conociendo por las estrellas si se prepara agua o sol, recogiendo castaña y patata, entrando en el ritmo acompasado, narcótico y perenne de la vida agrícola, tan inflexible como la vuelta de las golondrinas en primavera y el girar eterno de nuestro globo, describiendo la misma elipse, al través del espacio....

Si usted me lo permitiese, querido Valleumbroso, yo quisiera una vez estar a su lado en el instante de componer para hacer sobre usted algunas experiencias científicas. Cuando usted guste replicó el mosquito, rojo de placer. Tengo la seguridad de encontrar la insensibilidad dolorífica en mayor o menor grado y la irregularidad del pulso engendrada por el impulso convulsivo de las arterias...

La muchacha, como si la penosa revelación la hubiese sumido en la insensibilidad de los imbéciles, no cerró los ojos, no movió la cabeza para evitar el golpe. La mano de Fermín volvió a caer sin rozarla. Fue un relámpago de ferocidad; nada más. Montenegro se reconocía sin derecho para castigar a su hermana.

La debilidad paralítica, la insensibilidad, las convulsiones, el aliento frio, la consuncion rápida de la cara, el hundimiento de los ojos en sus órbitas, el color oscuro de la piel, la falta de pulso, la cara hipocrática, las hemorragias pasivas, y los flujos involuntarios, son el último grado de la accion del carbon. El físico como el moral están igualmente inertes.

Aquella actitud contrastaba de tal modo con su habitual solicitud para mirarle, responderle y sonreírle, que no podía menos de notarse la diferencia. Supuse que se refugiaba en aquella insensibilidad aparente por orgullo y para no denunciar su pena por la partida de Lautrec.