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Actualizado: 15 de julio de 2025


Yo hacía nuevas reflexiones. ¿El hambre no es una palabra vana? ¿Es verdad, pues, que existe una enfermedad llamada así; es verdad que hay criaturas humanas que sufren de ordinario y casi diariamente, lo que yo sufro por casualidad la primera vez en mi vida? ¿Y cuántos de estos seres tendrán por añadidura algunos otros sufrimientos que á no me abruman?

Hasta las dificultades que nos abruman al querer explicarla en , y en sus aplicaciones, dimanan de ella misma; y á todos nos confunden igualmente, porque todos concebimos de un mismo modo, lo que se entiende por infinito, tomado en general.

Hoy entran en esta casa con la misma confianza que en la suya y les abruman bajo tantas muestras de cariño. La desgracia les hace olvidar, les aproxima á ustedes. Y tras una pausa, en la que permaneció cabizbajo, dijo golpeándose el pecho: Créame á , que los conozco bien: en el fondo son buena gente.

Tristeza del marqués viudo de Saldeoro. Los últimos vencimientos le abruman. Su fortuna triplicada no le bastaría para pagar. Toma por modelo al Tesoro público y recibe dinero al trescientos por ciento. Renuévanse las discordias entre Joaquín e Isidora por cuestiones de celos y fondos. Padecimiento moral de la de Rufete por su situación social, su penuria y la poca esperanza de remedio.

Decídese y continúa hasta tres millones. Ahí se detiene, y se le adjudica la propiedad a M. Gibert. Arrójanse todos sobre él, lo rodean, lo abruman... «¡El nombre, el nombre del compradorEs una americana responde Gibert, madama Scott. ¡Madama Scott! exclama Pablo. ¿La conoces ? pregunta madame de Lavardens. ¡Si la conozco, si la... no, absolutamente!

Usías son la bondad y nobleza misma. ¡Cómo se conocen la alteza del origen y la excelencia de la sangre! ¡Ah! ¡Usías se han puesto de ser redentoras de todos los que en torno mío me abruman á penas, amargando mi vida! ¿Y qué sería de esa pobre niña sin el amparo de usías, cuando las ideas del día han echado en su corazón tan perniciosas raíces?

Este le va llevando a casa todos sus amigos, que se deshacen en cortesías y genuflexiones, le abruman a sonrisas y lisonjas. Pero el mandarín, apenas se digna dirigirles la palabra. Toda su saliva la gasta con la esposa del chino. Le hace ver la población, los monumentos más notables, los contornos pintorescos. Nada; el mandarín no tiene ojos más que para la china.

Hasta confío aún en que la masa del pueblo de la Unión vuelva en , retroceda del camino por que quieren lanzarla, se llene de honrados escrúpulos, y vea y note cuanto hay de cobarde, de ruín y alevoso, en querer aprovecharse para humillarnos de nuestra verdadera ó aparente postración y de los disturbios que nos abruman.

Vivo mi tío, la obligación, convertida en gusto ya, de acompañarle, me entretenía, y con ello, todo cuanto le rodeaba; muerto él, me falta aquel recurso poderoso, me pierdo en el vacío de esta casa, y me abruman las eternas horas que paso en ella buscando la manera de abreviarlas. Continuar su obra benéfica. Enhorabuena.

Debe usted darse prisa a averiguarlo: esto urge mucho a la felicidad de España y a las luces... Si usted llega a morirse, nos quedamos a buenas noches en punto a asonantes... y... , y tengo aquí una porción de cosillas que me traen a leer; no puedo dar salida a los que... ¡Me abruman a consultas!... ¡Oh! estos muchachos del día salen todos tan... ¡Oh! ¿Usted habrá leído mis poesías?

Palabra del Dia

buque

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