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Actualizado: 23 de mayo de 2025
En esto llegamos á la Plaza, cerca de cuyo muelle hay una fragata, surta en el rio, como ya he dicho en otro lugar de, estos apuntes. ¿Una fragata? exclamó el ingeniero. Pues vamos allá. Creo que si le muestran en Paris el purgatorio, se mete dentro con medias y ligas. Fué preciso ceder. Vimos la fragata, y tomamos encima de cubierta, debajo de un elegante toldo, varios refrescos que pedimos.
Dulce y reparador después del trabajo; consolador y benéfico cuando el dolor hinca en nuestro pecho sus garras de milano; rico en imágenes y fantasías cuando está con nosotros la esperanza, suele ser esquivo, desdeñoso, cruel, si cuando la felicidad nos sonríe le pedimos, para completar nuestra dicha, un ramo de su corona de adormideras. El sueño tardó mucho en venir.
Les pedimos comida, y prontamente trageron con abundancia, gallinas, ganzos, ovejas, avestruces, ciervos y otras cosas, y con gran contento de los indios nos detuvimos cuatro dias, tomando noticias de la tierra.
Entonces se levantó Carmen, y trémula y sonrojada, se adelantó hacia el joven, e inclinando los ojos, le dijo: Sí, Pablo, te pedimos perdón; yo te pido perdón por lo de hace tres años ... yo soy la causa de tus padecimientos ... y por eso, bien sabe Dios lo que he llorado. Te ruego que no me guardes rencor. La joven no pudo decir más, y tuvo que sentarse para ocultar su emoción y sus lágrimas.
La seguridad del efecto buscado en las novenas es completa en lo que se refiere a San Roque: "El ejercicio de esta Novena, dice: (pág. 3, Novena, Manila, 1910), nos ofrece el medio de obligar a este glorioso Santo para alcanzar de Dios lo que pedimos." "Para librarse de la peste *
Sí, tía, me iré; y no por gusto. ¡Bien sabe Dios cuánto me duele esta separación!... Pero no se aflija usted. Es necesario.... Estoy obligado a.... ¡A vivir con tus tías! exclamó interrumpiéndome. Estoy obligado a subvenir a las necesidades de ustedes. ¿Y no te basta con lo que ganas en la casa de Castro Pérez? ¿Te pedimos algo que no puedas darnos?
Como no hay nada á mis ojos mas sagrado que el amor de Dios, la familia, la patria y la libertad, como ví profundamente triste al hombre anciano que acababa de hablar, como supuse que le seria dolorosa la idea de morir, él, tan anciano, dejando á la patria en poder de los tiranos, quise consolarle, quise consolarme á mi mismo, augurando la próxima emancipacion de la heróica y abatida Venecia, le hablé con calor, con pasion, segun mi costumbre, segun mis creencias: y su entusiasmo, nunca muerto, se despertó, y su fisonomía, plegada por el tiempo y el sufrimiento, se dilató animándose, y me tendió una de sus trémulas manos que yo me apresuré á estrechar, y juntos llamamos á Venecia en apoyo de Venecia, y juntos pedimos á Dios la emancipara, y juntos desahogamos el corazon; yo tan emocionado como él.
No, no le dejaremos, ¿verdad? insistió la santa . Mira, Manolo: Jacinta y yo pedimos ahora juntas. Aunque te vuelvas turco, ya te cayó que hacer. No, Jacinta no se mete en esos enredos dijo Moreno mirándola fijamente en los ojos. Vaya que sí me meto. El asilo es mío; lo he comprado. ¿Sí?, pues si ha dado usted dos pesetas por él ha hecho un mal negocio.
No consintamos que el premio de nuestros servicios se distribuya por mano de sus ministros, y gobernadores, en quien siempre puede más la pasion que la verdad, más su particular interés que la comun utilidad, porque tratan las provincias como quien las ha de dejar, y como en la posesion temporal de ajena propiedad gozan de los presente, sin ningun cuidado de lo venidero, y más estando el rey tan apartado, á quien nuestras quejas llegarán tarde cuando sean oidas, y los socorros tan á tiempo como el que ahora nos envia, despues de seis años que con grande instancia se lo pedimos.
19 y conocer la caridad del Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios. 20 Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, por la potencia que obra en nosotros, Amén. 1 Yo, pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que sois llamados;
Palabra del Dia
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