United States or Benin ? Vote for the TOP Country of the Week !


No le digáis nunca... os lo pido con el corazón abierto, por Jesús sacramentado, no le digáis nunca que doña Clara se ha puesto aquel aderezo, que yo os he reconocido, don Juan... no le digáis nunca lo que está sucediendo entre nosotros... lo que sucederá... jurádmelo, hijos míos, jurádmelo.

Eso es lo que me esfuerzo en hacerte comprender, sobrina. Pues, eso es ni más ni menos, una hipocresía. En nombre del cielo, hipócrita, no te pido otra cosa. Parece además, que has dicho a cinco o seis jóvenes que eran muy buenos mozos. ¡Cierto, ya lo creo! exclamé en un ímpetu de simpatía al recordar a mis compañeros. ¡Tan guapos, tan educados, tan atentos!

El viejo me recibió en la puerta, como si no tuviera la menor idea de lo que se preparaba... Y, cuando le pido un momento de conversación a solas, adopta el gesto reservado del que teme ser objeto de un pedido imprevisto de dinero.

Dama y secreto hay; pero me venís como llovido; conozco vuestra nobleza, quiero confiarme de vos, y os pido que me ayudéis. Y os ayudaré, y más que ayudaros; tomaré sobre la empresa y el encargo. ¿Pero de qué se trata? ¿Conocéis á don Rodrigo Calderón? Conózcole tanto, como que de puro conocerle le desconozco. Es mucho hombre. Pues á ese hombre espero. Para...

No te pido juramento ni promesa, ni mucho menos palabra de honor; pero si esto se acabó, desengáñame de una vez. Comprendo que he hecho mal en ser tuya, y sin embargo, ni me arrepiento ni quiero que me lo agradezcas...; pero tampoco me confundas con otras que hayan sido tuyas sin quererte.

¡Ca, hombre! ¡Yo no pido nunca favores! dice magestuosamente Tadeo; los hago, pero desinteresadamente. El novato se muerde los labios, se queda más pequeño y pone una respetuosa distancia entre él y su compoblano.

Sólo contenía estas palabras: «Vuestra Majestad me prometió ayer concederme todo lo que le pidiese; pido gracia para la condesa de Pópoli y su esposo. »Debajo, y escrito por la misma mano del Rey, se leía: «Concedido.

Sería muy dulce para mi decirle adiós antes de marchar. Si sigue inexorable por lo que á ella concierne, acaso quiera animarme por cariño á su hermano. No pido ningún perdón, ninguna esperanza. Un sencillo deseo de buen éxito y si no vuelvo, una oración. La señora de Freneuse se levantó, pasó á la pieza contigua, donde estuvo un instante, y volvió á aparecer seguida de su hija.

Es espantoso cuando una se siente así poseída por esa maldad extraña... No fui yo, fue mi maldad la que le ha simulado indiferencia, la que ha buscado el amor de Castilla, la que le ha hecho sufrir. Perdóneme, Muñoz, a usted lo quise siempre y ya es tiempo de que nos comprendamos. Se lo exijo... se lo pido. Muñoz la miró con asombro.

Hasta aquí he vivido arrojada de mi casa, de mi posición, privada de mi verdadero nombre. Si no se me restituye lo que desde que nací me pertenece, nada quiero. Pido justicia, no limosna». La marquesa no creyó deber prolongar un coloquio de aquella especie. Las últimas palabras de Isidora tocaban en la insolencia.