United States or Croatia ? Vote for the TOP Country of the Week !


Al cabo sucedió lo que era de esperar. Una tarde, al regresar del paseo con sus compañeros, cruzando desde el Prado a la calle de Alcalá, se vieron obligados a pararse por no ser atropellados de los carruajes. Los ojos de Miguel, que estaba en primera fila aguardando el desfile, tropezaron con los de su madrastra, que venía en carretela abierta.

Siguieron pasando días sin que nada interrumpiese la monotonía de aquella larga navegación. La Providencia, el destino, los genios o los númenes que gobiernan el viento y las olas, o la misma estrella de Morsamor, según cada uno quisiera explicárselo, dispusieron las cosas de manera que la nueva Argo no halló en su camino tierra alguna donde pararse.

La ventana abrí y con rítmico aleteo y garbo extraño entró un cuervo majestuoso de la sacra edad de antaño. Sin pararse ni un instante ni señales dar de susto, con aspecto señorial, fué a posarse sobre un busto de Minerva que ornamenta de mi puerta el cabezal; sobre el busto que de Palas la figura representa, fué y posose ¡y nada más!

Sin cuerpo, porque tal como lo tengo de aporreado me aprovecha, y sin alma, porque la tengo trastornada y revuelta, y andando en cien lugares y no sabiendo dónde pararse. ¡Ah, esperábais! , señor, y había perdido la esperanza, amigo Montiño. No volváis á llamarme Montiño, os lo ruego, don Francisco; ese apellido me hace daño.

Una tarde se hizo cargo de una guapa dalaga que pilaba arroz acompañando el ruido acompasado del jalo con una monótona canción. Ver á la dalaga y pararse, y tras pararse, rascarse, fué simultáneo.

Pero Martín no es hombre para pararse. El que tiene aspecto de bravo es Anastasio, ¿no? dijo Ricardo. ¿Ese?... ése es bravo con doña Ramona... ¿Es posible? preguntó Lorenzo. ¡Le da una vida!... bueno que él se ha juntado por la necesidad no más. Y ella parece una mujer excelente. Así es; , señor, ¡buenaza!... y no digamos que sea mala cosa... porque aunque le ande cerca a los cuarenta...

Mientras mas recia estaba la refriega, doblado esfuerzo mostraban los de á pie, que aunque heridos i con mas heridas de refresco, no curaban de apretárselas por no pararse á ello; pues el coraje de los enemigos no daba lugar mas que para matar ó morir. En esto Taric llegó al carro bélico, en que iba Rodrigo, lo acometió desaforadamente, i pasó de una lanzada el pecho del rei.

Quintín Porras, no le venía mal el apellido poseía el don de penetrar con la mirada en lo más hondo de la conciencia ajena. Caía en ella como el buzo en el mar, como buzo que se sumerge hasta apoderarse de la concha. La asía, no la soltaba, y salía luego a flote, pregonando su victoria. Sin pararse en pelillos descubría el secreto sorprendido, haciendo de él fisga y chacota.

Ya más cuidadoso, comencé a halagarla con mi voz, fingiendo su arrullo, cuando para mi mayor asombro la miro pararse en mis hombros, trayendo pendiente del cuello, con un listón de color de lirio, un billete recogido con delicados pliegues y empapado en aromas de rosas. Merece ser tuya, porque merece el reino de la Arabia, y debes ser suyo, porque eres virtuoso.

Don Juan Príncipe se dirigía a través de los arrabales del pueblo hacia el hotel, mientras el tren de la tarde lanzaba en un silbido su habitual e indignada protesta al tener que pararse en Génova.