United States or Haiti ? Vote for the TOP Country of the Week !


Quintín Porras, no le venía mal el apellido poseía el don de penetrar con la mirada en lo más hondo de la conciencia ajena. Caía en ella como el buzo en el mar, como buzo que se sumerge hasta apoderarse de la concha. La asía, no la soltaba, y salía luego a flote, pregonando su victoria. Sin pararse en pelillos descubría el secreto sorprendido, haciendo de él fisga y chacota.

Preguntóme si era á lo divino, respondíle que ; diómela, volvíme á casa y avisé á Solano que repasase el auto de Caín y Abel, y lo fuese á cobrar á tal parte, porque lo habíamos de representar aquella noche. Y entretanto yo fuí á buscar un tamborino, hice una barba de un pedazo de zamarro, y fuíme por todo el pueblo pregonando mi comedia.

Priego, que reconoce por señores á los de Aguilar y Montilla; Benamejí, ganada á los moros por el vencedor de Benamarin y embellecida con un soberbio puente por su señor el mariscal Diego de Bernuí Orense ; Rute, arrebatada al rey moro de Málaga por aquel desgraciado infante D. Pedro á quien vimos poco salir triunfante contra los granadinos y regresar á Córdoba cadáver sobre una enlutada mula; Santaella, cuya antigua fortaleza está pregonando hazañas de su alcaide Luis de Godoy: son lugares en que la historia de la arquitectura militar tiene datos abundantes que recoger y consignar antes que se reduzcan á polvo sus ya destrozados castillos.

Otros puestos eran de géneros nuevos, y los vendedores, en vez de permanecer inmóviles, con moruna pasividad, esperando la pregunta del comprador, agitábanse pregonando la baratura de las mercancías, anunciando su procedencia de famosas quiebras.

Despues cuando ya Febo caminando Volvia con sus carros presuroso, Los campos con sus rayos matizando De rojo, verde, y blanco luminoso, Llegaron los Timbues pregonando, "Comprad de mi, que vendo mas gracioso." Y tanto regatean, que en Sevilla Podrian imprimir nueva cartilla.

Púsome nombre del perro sabio y no habíamos llegado al alojamiento cuando, tocando su atambor, andaba por todo el lugar pregonando que todas las personas que quisiesen venir a ver las maravillosas gracias y habilidades del perro sabio, en tal casa, o en tal hospital, las mostraban, a ocho, o a cuatro maravedís, según era el pueblo, grande o chico.

Por las puertas de las freidurías de pescado se escapaba el tufillo suculento del aceite. En el centro de la calle estacionábanse los vendedores ambulantes pregonando dulces y bebidas.

Después de larga espera quedaron francas las escalas del buque, lanzándose por ellas la muchedumbre como si subiera al asalto. Los primeros en entrar fueron los vendedores de periódicos, pregonando los últimos diarios y revistas de Buenos Aires y de Montevideo.

Después que comulgó don Pompeyo con toda la solemnidad requerida por las circunstancias, teniendo a su lado al cura de cabecera, a don Fermín y a Somoza, el médico, Vetusta entera, que había acudido a la casa y a las puertas de la casa del converso, se esparció por todo el recinto de la ciudad haciéndose lenguas de la unción con que moría el ateo, a quien ahora todos concedían un talento extraordinario y una sabiduría descomunal, y pregonando el celo apostólico del Provisor, su tacto, su influencia evangélica, que parecía cosa de magia o de milagro.

Mi alma, que el duelo despreciarlo sabe, no teme de la sátira las balas. ¡Bajo lluvia de plomo se irgue el ave porque cree en la fuerza de sus alas! ¡Héroe preclaro de la patria mía... resurge del abismo del olvido...! Ya te llama el clarín del nuevo día, pregonando tu nombre esclarecido...